VALÈNCIA. Una de las aficiones políticas del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, o al menos así lo aparenta, es la de incorporar en su equipo o en su gobierno a exdirigentes o funcionarios que han estado bajo otras siglas o, al menos, defendiendo las posiciones de otros partidos en el pasado.
Un afán por huir de sectarismos que no siempre sienta bien en su propio partido, el PSPV, donde algunos se rasgaron las vestiduras con fichajes como el de la exportavoz de Ciudadanos, Carolina Punset, para su equipo de Presidencia.