Valencia Plaza

‘XEITO I ESPENTA’ DESDE MADRID

El arte de debatir

  • Dalmau, Puig, Bonig, Oltra y Cantó, antes del debate en TVE. Foto: TVE

¿Qué es el arte de debatir? Pues discutir, polemizar, confrontar, razonar, analizar, contrastar y persuadir. Hay mucho de encanto,sortilegio y de estrategia. Mucho de persuasión porque a fin de cuentas hay que conquistar al electorado. Repasando a los clásicos habrá que recuperar a Aristóteles que siendo un sabio definía el arte de debatir como la disputa o la querella para llegar al arte de tener la razón. El filósofo alemán Arthur Schopenhauer recogió la sabiduría aristotélica y escribió Dialéctica erística o el arte de tener razón. Es un tratado con treinta y ocho estratagemas o trucos para conseguir la victoria de la razón, sea verdad o no. Así que en estas últimas horas pascuales sus señorías candidatas se aprestan a decidir si se enfrentan una o dos veces, en televisión pública y/o televisión privada. Queremos ver esa erística por la pequeña pantalla. Los debatientes tienen mucho que decirnos.

¿Qué es la Junta Electoral Central? No es una pregunta ingenua. Los partidos políticos cuando están en plena faena de campaña electoral la utilizan como el pin pan pun para justificar su inutilidad y falta de previsión. Y dan la sensación de que es una institución poco solvente y obsoleta. Recordemos que la Junta está compuesta por dieciséis miembros. Ocho son magistrados del Tribunal Supremo y los otros ocho son Catedráticos de Derecho de reconocido prestigio. La función de este órgano que vigila por la proporcionalidad y equilibrio en las cuitas electorales se activa cuando se convocan comicios y es quien marca, bajo la legislación correspondiente los criterios a aplicar en la casuística electoral. Que en ocasiones no contenta a todos, correcto, pero es lo que hay gracias a que los partidos no se ponen de acuerdo para regular por ejemplo los debates electorales por ley.

Reforma de la ley electoral. Es un clásico en campaña. Que si los sondeos no se pueden publicar la última semana,-estaremos pendientes de las frutas andorranas esos días-, que si las listas abiertas o cerradas, que si la adjudicación de escaños con la Ley D’Hont, que si hay que cambiar las circunscripciones y el número de escaños con otros criterios, que si hay que regular los debates, que sí,… ¿Quién abre este melón? ¿Es cuestión de oportunidad o estrategia política? ¿Le interesa a los partidos políticos legislar sobre el asunto? ¿Por qué no se ponen de acuerdo¿ ¿Para qué sirve la eterna Comisión que en los últimos años se constituye en el Congreso en cada legislatura para hablar del tema y que nunca llega a ninguna conclusión? ¿Por qué la mayoría de los partidos políticos no lleva esta reforma en sus programas electorales, -que hayamos repasado solo lo incluye Unidas Podemos-,?

El papel de los medios de comunicación. Los expertos estrategas de los partidos políticos y también los jurídicos afirman que la dichosa ley electoral es difícil de reformar. Se considera que hay que tener en cuenta muchos factores. No solo la oportunidad política y la tranquilidad de pensamiento que haría falta. Tienen que ver y mucho los medios de comunicación, ya sean públicos con razón de más y también los privados. En la era de las tecnologías digo que a lo mejor mucho de lo regulado se ha quedado obsoleto. El asunto de los sondeos por ejemplo, es hasta ridículo que cruzando la frontera andorrana podamos conocer los últimos datos. Internet es global y las redes sociales no les cuento. En cuanto a los debates ¿Por qué no se establece un criterio profesional periodístico? El reparto de tiempos en los pocos enfrentamientos que vemos es tedioso, monocorde salvo algún intrépido o arrojado candidato que le gusta la confrontación e intercambiar pareceres. Los medios de comunicación debemos revisar nuestro papel. Somos meros transmisores del mensaje de las distintas formaciones políticas y debemos hacer lo posible porque llegue al ciudadano. Volvemos otra vez a lo de la regulación. No puede ser que se utilice al mensajero. El juego debe ser igual para todos tanto en medios públicos como privados. Los políticos están acostumbrados, muy mal acostumbrados a establecer estrategias y oportunidades de comunicación en los medios que les interesa pero no están dispuestos a competir en igualdad de condiciones.

Los debates son necesarios, sanos y oportunos. Decía el CIS y es dato que corroboran otros estudios demoscópicos que a día de hoy el porcentaje de indecisos de cara a estas elecciones generales y autonómicas en el caso de la Comunidad Valenciana, se sitúa en torno al 40%. Todos esperaban el gran debate en la última semana de campaña. Como siempre nos faltan subordinadas. Tenemos el sujeto, el debate, el verbo que son los candidatos y el primer predicado simple: ver en acción a los políticos y decidir quién nos convence. No es tan fácil. Es que estamos en el mismo punto. Campaña y discusión sobre quien debate con quien. Debate a cinco si contamos a Vox por su proyección exponencial que recogen los sondeos y por criterios periodísticos, que mejor a cuatro porque son los parlamentarios en activo en las instituciones, que posibilidad de celebrar doble vuelta, primero en un medio público (TVE) y después en uno privado (A3Media) o también cara a caras… Al ciudadano no se le puede hurtar la posibilidad de ver, analizar y confrontar las propuestas de los distintos partidos políticos.  Hasta ahora en Televisión poco hemos visto. Dos, un debate a seis en TVE con representantes de partidos para las generales y otro también en la delegación de TVE en la Comunidad. El formato el mismo, enconsertado, sin apenas oportunidad para debatir. Es una sucesión de monólogos que acaba siendo tedioso. Hay que hacerlos atractivos, sería bueno tanto para los candidatos como para el ciudadano. Son necesarios.

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo