VALÈNCIA.- Un artículo publicado en 1993 en Babelia, suplemento cultural de El País, fue la mecha que prendió la exposición clave en la historia contemporánea del diseño valenciano. El texto llegó a manos de Carmen Alborch, por entonces directora del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). Un telefonazo movilizó a los arquitectos catalanes Quim Larrea y Juli Capella, quienes desde comienzos de los ochenta se habían significado como difusores del diseño a través de la revista ARDI o publicaciones extranjeras como Domus o Interni.
Con ciertas reservas, Larrea y Capella recogieron el guante lanzado desde el IVAM. Como recuerda Juli Capella, «la intención de realizar una exposición de este tipo era interesante por dos motivos. Primero, porque en aquel momento el diseño prácticamente no tenía espacio en el circuito artístico y cultural. Segundo, porque era percibido como frívolo o elitista. Esta decisión permitía superar los tópicos imperantes e integrar el diseño dentro del aparato cultural». Quim Larrea, en cambio, no se mostró demasiado sorprendido por la propuesta, conociendo el «carácter e inquietudes» de Alborch. Para Larrea, «el diseño era la crema que sobresalía en una València cultural que estaba en ebullición».