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desayuno CP | la debida diligencia

Cuidar la cadena de suministros o medir impactos: nuevos retos en sostenibilidad para las empresas 

CASTELLÓ. En los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para muchas empresas. Consumidores, inversores y grupos de interés exigen cada vez más que las entidades operen de manera responsable y reduzcan su impacto medio ambiental y social. En este contexto, la llamada debida diligencia se ha convertido en una herramienta clave para la gestión empresarial responsable por la infinidad de ventajas que supone. Sin embargo, también presenta una serie de desafíos a los que las compañías deben hacer frente. 

Y son precisamente estos beneficios y nuevos retos los que se han puesto sobre la mesa del último desayuno informativo organizado por Castellón Plaza en colaboración con la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo y la Universitat Jaume I de Castelló. La Cámara de Comercio de Castellón acogió este encuentro que, durante más de dos horas, sirvió como foro de debate sobre este aspecto, que cobra especial relevancia debido a los próximos cambios legislativos que obligan a las grandes empresas a reportar información sobre la sostenibilidad de su cadena de suministro. 

La catedrática de la UJI y coordinadora del grupo de investigación de Sostenibilidad de las Organizaciones, María Ángeles Fernández Izquierdo, fue la encargada de iniciar este debate destacando la debida diligencia como un requisito indispensable para las empresas a la hora de ser viables y posicionarse dentro del mundo empresarial. Asimismo, resaltó la importancia de que este proceso de identificación, evaluación y gestión de los riesgos sociales, ambientales y de gobernanza (ESG) en las operaciones empresariales y en la cadena de suministro sea "una prioridad total" para las compañías. 

A continuación, fue el director general de Economía Sostenible de la Generalitat Valenciana, José Vicente Soler, quien tomó la palabra destacando la importancia de actuar en materia de sostenibilidad. "Ya conocemos el relato de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ahora es necesario que pasemos a los indicadores, a las métricas, a los KPI's... Es hora de que el tejido empresarial valenciano se avance a las normativas para poder posicionarse mejor en el mercado", indicó Soler. 

Y es que estas normativas a las que hizo alusión el director general son las que la Comisión Europea adoptó el pasado 23 de febrero de 2022, una propuesta de directiva sobre la diligencia debida en materia medioambiental y derechos humanos sobre cadenas de suministros globales. Esta nueva legislación está previsto que entre en vigor durante este año y, a nivel nacional, ya se ha elaborado el anteproyecto de ley de protección de los derechos humanos, de la sostenibilidad y de la diligencia debida en las actividades empresariales transnacionales. 

Al hilo de esta normativa intervino el CLO de Grupo Neolith, Francisco Mateu, quien destacó que la compañía fabricante de piedra sinterizada es consciente de los "movimientos normativos que hay en Bruselas" y de que la propuesta de directiva sobre la diligencia debida en materia de sostenibilidad ambiental y de derechos humanos "marcará el nuevo camino de las empresas". Un nuevo camino que "el mercado recompensará cada vez más y que debe cambiar la mentalidad del sector empresarial". Aunque para que las empresas puedan puedan asumir este cambio, Mateu incidió en la necesidad de que cuenten con "recursos" de parte de las administraciones públicas. 

Sobre este marco regulatorio también opinó Teresa Amorós, directora de Talento y Sostenibilidad de Alnut, compañía especialista en alimentación infantil y productos de base vegetal. Amorós defendió que el sector empresarial "no puede seguir teniendo el tema de la sostenibilidad como una opción, tiene que ser una obligación". Además, la representante de Alnut planteó algunas de las ventajas que la nueva normativa traerá a las empresas, como son una mayor seguridad jurídica y unas mejores condiciones de equidad a la hora de competir a nivel internacional. Asimismo añadió que "queda mucho camino por hacer, sobre todo a nivel de conciencia". 

Mejorar la eficiencia o reducir riesgos

Los integrantes de la mesa destacaron algunas de las ventajas que puede suponer para las empresas la regulación de la debida diligencia en sostenibilidad. Y es que este proceso puede ayudar a las compañías a reducir riesgos sociales, ambientales y de gobernanza en sus operaciones empresariales y su cadena de suministro. Al conocer estos riegos, las compañías pueden tomar las medidas oportunas para reducirlos y, a su vez, cuidar su reputación y disminuir pérdidas financieras. Tal y como apuntaron, esta regulación puede ayudar también a mejorar la eficiencia de las compañías ya que, con una evaluación cuidadosa de los impactos ambientales, se puede reducir el consumo de recursos y, por tanto, los costes de operación. 

Sobre este aspecto, el director de Comunicación de Cuatroochenta, David Hernández, añadió que la tecnológica es todavía una empresa joven, pero ya ha comenzado a trabajar en este sentido. Hernández indicó que la compañía "ha comenzado con el plan de sostenibilidad". "Estamos elaborando una primera memoria y el año que viene tendremos que auditarlo y presentarlo a nuestros públicos", añadió. Por su parte la responsable de RSC de Simetría Grupo Rebeca Sánchez destacó que, en el caso de la compañía castellonense -cuyo ámbito principal es la construcción-, "el 80% del impacto se produce en la cadena de suministro, no internamente, es por esta razón que tenemos el foco puesto ahí". Sánchez incidió también en el plan estratégico de Responsabilidad Social Corporativa con el que cuenta la empresa y puso sobre la mesa uno de los retos a los que se enfrenta Simetría Grupo en materia de sostenibilidad: implantar un registro de denuncias al que todos los implicados en la cadena de suministro de la empresa puedan tener acceso.

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