VALÈNCIA. Los cambios en los modos de transporte se han convertido en un auténtico reto en las ciudades del siglo XXI. No sólo a nivel de regulación sino también en cuanto al desarrollo de infraestructuras, la necesidad de concienciación y la implantación de soluciones tecnológicas que permitan a las autoridades tomar decisiones.
Todo ello, junto a las posibilidades y metas que ofrece el vehículo eléctrico y otras innovaciones, fue objeto de debate en la mesa redonda organizada por Valencia Plaza junto a la Fundación Ibercaja en colaboración con la Capitalidad Verde Europea, donde expertos y representantes del sector ofrecieron numerosas reflexiones para afrontar el futuro de la movilidad sostenible.
El encuentro contó con la presencia del jefe de área de Mobility City en la Fundación Ibercaja, Jaime Armengol, así como el director de la Capitalidad Verde Europea de València, Antonio García. También aportaron sus reflexiones en la cita el CEO de Movea Consulting, Juan Bueno; el director del Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial de la UV (INTRAS), Francisco Alonso; el director de Innovación y Digitalización de Metalesa, César Valero; el director de Volvo y Polestar, Saturnino Peña; y el tesorero del clúster de automoción AVIA, José Manuel Orta.
El encargado de abrir el encuentro fue el jefe de área de Mobility City en la Fundación Ibercaja, Jaime Armengol, quien destacó que "si el ciudadano no hace el cambio, no se va a poder". Subrayó que lo que hace seis años era una inspiración, hoy debe convertirse en un trabajo de concienciación. Así, relató el trabajo de la entidad como divulgadora -destacó que en el primer año de jornadas de puertas abiertas han pasado 200.000 personas- y como nexo entre los diferentes agentes del sector. "Intentamos que las startups dialoguen con grandes empresas para ayudar en la búsqueda de soluciones", añadió, para añadir que la entidad se está erigiendo en "un observatorio de lo que está pasando en la movilidad, no a nivel sólo teórico sino también a nivel real". Por lo que, señaló, "el sector" tiene alló "un punto de encuentro" para "propiciar que el cambio en la movilidad se lleve adelante".
Sobre el tema de fondo, Armengol dijo que "se habla mucho de intermodalidad" pero insistió en buscar "la interoperabilidad: hacer sencillo la operación entre los diferentes modos de transporte", y la sostenibilidad: "Que los modos de transporte no molesten a los demás y además que no perjudiquen a las generaciones futuras". En ese sentido, sí dijo que no hay que caer en la falsa idea de que "todos somos iguales" en la movilidad porque "ahora estamos lanzando a gente a la calle, usuarios de bicicletas o patinetes, que no han recibido ningún cursillo", y recordó que "empieza a haber un usuario intensivo que es profesional, como los repartidores de comida". Una conjunción de usuarios que deberían "regularse también".
A juicio del CEO de Movea Consulting, Juan Bueno, lo importante es definir un proyecto de movilidad para las ciudades. "Queremos saber si queremos un proyecto político de movilidad o un proyecto de ciudad. Un proyecto político es inviable, pero un proyecto de ciudad debe ser a medio y largo plazo", explicó, para insistir en que este proyecto debe centarse en desarrollar estructuras y herramientas útiles. Asimismo, resaltó que "Valencia tiene una red de carriles bici y muchas empresas dicen que es ideal para bici y patinete, pero las ordenanzas no permiten que esto acabe de cuajar". "Hay que empezar por ahí", aseguró.
Por su parte, el director del Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial de la UV (INTRAS), Francisco Alonso, advirtió que, en ese proyecto de ciudad, "la seguridad vial es primordial" y que "parece que se está olvidando a las personas que van andando y se priorizan determinados modos de transporte", en referencia a la bicicleta o el patinete. "Estamos de acuerdo en que es saludable pero si hay accidentes, de saludable no tiene nada", aseguró, por lo que insistió en atender la irrupción de nuevos modos de transporte como el patinete con el objetivo de "poner encima de la mesa infraestructuras controladas y soluciones técnicas en los puntos de interacción y de conflicto", especialmente entre bicicletas y patinetes y peatones.
Alonso apuntó que actualmente "hay una culpabilización respecto al vehículo privado cuando éste, para determinadas funciones, sigue siendo absolutamente neesario, sobre todo si hablamos del área metropolitana". Por eso, señaló que en ocasiones se establecen determinadas prohibiciones "sin dar alternativas a la población". Y por otra parte, señaló que a la hora de "ofrecer soluciones adecuadas" a los problemas de movilidad, las autoridades no tienen o no registran adecuadamente algunos datos: "Hay datos pero no se comparten, los tienen mayoritariamente empresas privadas", lamentó.
En su intervención, el director de Innovación y Digitalización de Metalesa, César Valero, describió el trabajo de su compañía, dirigida a soluciones pensadas para perseguir la seguridad vial. Según él, es esencial que la dirección política se aúne con la ciudadanía porque "en los cambios de movilidad de este tipo hay que estudiar cuál va a ser la respuesta". Así, señaló que "hay que hacer que la infraestructura sea adecuada para todos los intervinientes" pensando no sólo en la bicicleta con obras de segregación, por ejemplo, sino "también en los usuarios de la acera". "Toda la población ha de estar alineada" en este camino, dijo, para señalar la importancia de la formación. Así, insistió en que "la infraestructura ciclista es sencilla económicamente, pero hay que pensar en todos los elementos: seguridad, impacto en los vecinos y formación".
En cuanto al vehículo eléctrico y las dificultades para su arranque, el director de Volvo y Polestar, Saturnino Peña, señaló que "hay un tema impositivo brutal" y consideró "preocupante" la bajada de matriculaciones por cuanto ralentiza el avance de este nuevo modo de transporte. Y en ese sentido, lamentó entre otras cosas lo que consideró una insuficiente promoción para impulsar esta transición: "No veo mucha inversión en marleting ni demasiada información sobre la movilidad eléctrica", afeó.
Al respecto, el tesorero del clúster de automoción AVIA, José Manuel Orta, señaló que "no hay infraestructura suficiente en España para potenciar el coche eléctrico" y que uno de los principales motivos por los que "la gente no accede" al vehículo eléctrico es por la falta de autonomía, lo cual se suma a su alto coste de compra y mantenimiento. "Si tienes la desgracia de dar un golpe a las baterías, es el 30% de su coste", explicó, para lamentar que "Europa quería ser verde pero lo cierto es que el coche eléctrico no es una realidad".
Peña quiso responder a algunos "mitos" sobre el vehículo eléctrico, como el de la falta de infraestructuras de carga. Sobre ello, dijo que esa "falta" es "relativa". Además, señaló que "las aseguradoras han mejorado para cubrir la contingencia de las baterías" y lamentó que haya "tanto sensacionalismo" sobre el vehículo eléctrico. Y destacó que el riesgo de incendio en un coche de combustión "es muy superior al de un coche eléctrico".
Sobre ello, el director de la Capitalidad Verde Europea de València, Antonio García, instó a no "negar que la infraestructura es muy mejorable, no sólo en los trayectos interurbanos sino dentro de la ciudad". En el caso de València, explicó que de los 400.000 vehículos censados, apenas 3.000 son eléctricos. Así, dijo que las autoridades tenían dos opciones: o esperar "a que haya una mayor demanda" o "asumir más infraestructuras de antemano para anticiparnos a ese aumento". García abogó por la segunda: "Si fomentamos que el cambio sea fácil, más gente se sumará", opinó, y apuntó que tras la Dana "mucha gente se ha planteado comprarse un eléctrico".
En opinión del jefe de área de Mobility City en la Fundación Ibercaja, los elementos "que frenan el crecimiento" del eléctrico son "la autonomía de los coches, el precio de compra y la disponibilidad de puntos de carga". "Si al precio de adquisición le sumas que te va a costar lo mismo cargar un depósito de diesel con una batería, eso no es facilitador", lamentó, para añadir que ya se está empezando a hablar del concepto de "pobreza energética asociada a la movilidad" porque según los estudios "más del 50% de la energía que consumimos está asociada al transporte".
El CEO de Movea Consulting, Juan Bueno, quiso ejemplificar la falta de interés de algunas administraciones en este asunto y señaló que el aeropuerto de València cuenta con 8 cargadores eléctricos "y ninguno funciona". "La ley obligaba a instalarlos, pero de ahí a que funcionen, les da igual", lamentó. Por lo que el director de la Capitalidad Verde tomó el testigo para incidir en la necesidad de hacer un "seguimiento" de las políticas de movilidad verde, además de insistir en lo importante de "hacer pedagogía y promoción". A su juicio, "ha de ser una cuestión nacional y hay que crar una infraestructura nacional". En el caso de València, dijo, además de la instalación de puntos de carga, "se está facilitando para que los coches eléctricos puedan aparcar en todas las plazas". Con todo, señaló que en muchos casos, sobre los beneficios del coche eléctrico, "la gente no lo sabe, no accede por desconocimiento y en ocasiones es burocráticamente complicado".
Otro de los puntos del debate fueron las nuevas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Sobre ello, Alonso consideró que se está siguiendo una "estrategia equivocada en términos generales" porque, a su juicio, "hay que centrarse en mejorar la calidad del aire de la ciudad" más que en otros objetivos como "la contribución al planeta", que "nos pueden llevar a situaciones contrarias a la competitividad". En ese sentido, planteó que se implantan ZBE pese a que en muchos casos el problema de contaminación de las ciudades "no es por los vehículos". Asimismo, apuntó que "muchas veces la propia fluidez del tráfico se usa para desincentivar el uso del vehículo privado pero, como en multitud de casos es la única alternativa, lo que generamos es más polución".
Por su parte, Armengol puso sobre la mesa el hecho de que no todas las ciudades son iguales. "Las ZBE se han confundido con las zonas de descongestión y se ha querido matar la congestión y la contaminación con la misma herramienta, pero hay otras fórmulas como las zonas de alta ocupación, para facilitar el acceso a vehículos que transporten más personas", indicó, para insistir en que las ciudades "han de tener herramientas de regulación pero las ZBE no son las únicas".
García apuntó que, en el caso de València, se está ganando espacio para el peatón pero yendo "de la mano del día a día de la gente para que pueda llegar de manera calmada a sus destinos". Así, subrayó que "no hay que quitar el vehículo" y que "el vehículo eléctrico es bueno para la ciudad", por lo que abogó por una doble vía de trabajo: "facilitar la adaptación al vehículo eléctrico y fomentar el transporte público para mejorar la conexión con el área metropolitana", dado que "la congestión en València está, sobre todo, en los puntos de entrada y salida".
Finalmente, en relación con las tecnologías emergentes en materia de movilidad, César Valero quiso dejar claro que el sector privado está "invirtiendo en soluciones" pero requiere de un "escenario de colaboración público-privada" porque "las administraciones tienen un gran peso". Destacó la compra pública innovadora como una vía "muy útil" en tecnología para la gestión y tratamiento de datos, porque puede "generar mejores servicios para la población", pero opinó que "falta la última distribución de esos datos en servicios al usuario". Y defendió que, aunque al hablar de tecnología "parece que nos centramos en cosas muy complejas", ya se pueden llevar a cabo "multitud de acciones tácticas para situaciones concretas".
Al respecto, Alonso recordó que "hay en marcha muchos proyectos de sistemas inteligentes de transporte" pero se necesitan "más instrumentos para facilitar los datos a la gente y que tome mejores decisiones. En ese sentido, García apuntó que los gemelos digitales serán "un antes y un después" en este campo, pues permitirán "poder simular con datos situaciones en la ciudad para tener la certeza de las consecuencias de una actuación". También destacó el vehículo autónomo y la comunicación vehículo-vehículo y vehículo infraestructura como tecnologías "revolucionarias" pero que están por desarrollar.
A juicio del jefe de área de Mobility City en la Fundación Ibercaja, el vector "más importante" será la conectividad: "Hay un cambio de fondo, y es que antes desplazarse era un acto en sí mismo, pero ahora el usuario quiere hacer otras cosas mientras se mueve", señaló. En cuanto al coche autónomo, opinó que "los procesos de automatización van a ser crecientes" pero "es importante que llegue a todo el mundo" y ahora mismo "el concepto de automatización es complejo".