VALÈNCIA. Un anticlinal, o pliegue convexo de la corteza terrestre, es todo un hito rocoso, atractivo incluso para aquellos que no entienden de geología. Un bello ejemplo prácticamente perfecto, en cuanto a características se refiere, puede apreciarse en Sot de Chera, municipio de la Serranía que cuenta con escasos 350 habitantes.
Para la formación de los anticlinales como el que se aprecia en Sot de Chera, entra en juego la tectónica de placas. Estas ejercen una presión lateral que eleva el sector central y dibuja una figura en pico atípica. También influye el paso del mar en la roca. Pese a que la comarca de La Serranía se encuentra en la actualidad a 55 kilómetros del mar Mediterráneo y a 350 metros sobre el nivel del mar, todavía se aprecia el río Sot, afluente del Túria, y su paso por la zona a lo largo de distintas épocas.
El municipio cuenta con sinclinales además de anticlinales, que vendrían a ser plegamientos del terreno, pero cóncavos. Ambos fenómenos están compuestos por materiales antiguos en su núcleo y jóvenes en su superficie. No obstante, cabe destacar que el material joven está datado en