ALTEA. Altea te está esperando y está encantada de conocerte. Con la primavera la cúpula del Mediterráneo se engalana para recibiros y os invita a disfrutar del aire libre, de las calles llenas de historia y tradición, del mar, el sol y la montaña. Es el momento de hacer rutas en bici, practicar deportes náuticos y compartir momentos únicos como los que ofrece uno de los rincones más preciados de la Costa Blanca aprovechando las mayores horas de luz y las cálidas temperaturas.
Las vacaciones de Semana Santa y los meses que preceden al verano, Altea se llena de vida. Este pueblo marinero, impregnado de carácter mediterráneo identificado en todo el mundo por su inconfundible paisaje de casas blancas y tejas azules a los pies del Mare Nostrum y escoltado por las montañas es un destino que no deja indiferente a nadie. Que conjuga la tradición, la cultura, con la innovación, la sostenibilidad. Un lugar seguro y de vanguardia, único DTI certificado de menos de 50.000 habitantes.
Pasear por Altea es respirar cultura, impregnarse de tradición y de arte, mucho arte. Pasear por su casco antiguo, descubrir rincones mágicos, edificaciones históricas. Adentrase en sus calles, disfrutar de la mejor gastronomía mediterránea, descubrir esos pequeños talleres de pintores, artesanos, escultores… Momentos únicos para compartir y deleitarse en soledad.