ALICANTE. El pacto entre Ciudadanos y el Partido Popular para que los populares sigan al frente de las dos instituciones más de la provincia de Alicante, el ayuntamiento de la capital y la diputación, tiene pocas interpretaciones. Lo dijo el portavoz de Cs, Toni Cantó, al inicio de su interlocución: "El doble acuerdo para gobernar juntos  nace con el objetivo de "ejercer de contrapeso" a las políticas que se realizarán desde el tripartito del Ejecutivo valenciano (PSOE, Compromís y Unides Podem)".

Cantó se ha quedado con esa conclusión al término del debate de investidura del president de la Generalitat. Pese a que su entorno lanzó la posibilidad de establecer un acuerdo con el PSPV-PSOE en la Diputación de Alicante, quizás como contrapeso al natural pacto en el ayuntamiento alicantino, o como muestra sorbe una hipotética alianza con los socialistas para demostrar al resto que ese matrimonio político también podía funcionar, esa filtración se convirtió en un globo sonda, quizás para tener más fuerza para negociar con el PP, en la reunión de este viernes. Y así fue: Cantó fue a cerrar el acuerdo con Barcala como alcalde, y se presentó con el de Mazón para la Diputación. Dos por uno, tras varios horas de negociación. No contempló establecer ningún contrapeso. 

Cantó ha demostrado no tener dudas con el PP, o no ha querido intentar nada diferente, o la cúpula de Cs no le ha dejado. Al final lo ha consumado, con el argumento de que Alicante, Cs y el PP, deben ser el dique frente al Gobierno tripartito de la Generalitat Valenciana. Cantó ha afirmado que, "con la entrada de Podemos en el Consell, los próximos cuatro años van a ser todavía peores", por lo que es "indispensable estar al frente de instituciones tan importantes como la Diputación de Alicante". Y además lo ha hecho enarbolando la bandera de establecer un área de Transparencia, algo que ha cuestionado del Consell.