VALÈNCIA. El segundo Seminari de Govern de la presenta legislatura llegará en el peor momento para las fuerzas del Botànic II, PSPV, Compromís y Unides Podem. O en el mejor, según se mire. Precisamente las convivencias de altos cargos del Consell ideadas por el socialista Ximo Puig en 2015 debían servir, entre otras cuestiones, para acercar a los dirigentes de las distintas formaciones políticas y facilitar la comunicación entre los mismos.
Mucho hay que reparar, especialmente entre PSPV y Compromís, en el próximo fin de semana cuando los máximos responsables del Consell se reúnan en Xàbia y Dénia, localización elegida para la cita del Ejecutivo.
Los últimos días no han sido buenos en la relación de los dos socios mayoritarios del Gobierno valenciano. El bloqueo de la Ley de Función Pública (cuya redacción se inició en 2016) por el desacuerdo respecto al requisito lingüístico ha destapado de nuevo las diferencias entre los representantes de estas formaciones políticas, con el consecuente malestar entre PSPV y Compromís y las sucesivas versiones de lo ocurrido en diferentes medios de comunicación.
"Va a ser un fin de semana caliente", auguró un alto cargo del Gobierno valenciano tras el mencionado encontronazo, en esta ocasión por la diferencia de criterio entre la consellera de Justicia, Gabriela Bravo (PSPV), y el titular de Educación, Vicent Marzà, quien encontró el respaldo de la vicepresidenta, Mónica Oltra, también de Compromís, y que ya ha protagonizado en el pasado pulsos con la primera.
Un escenario que no invita al optimismo, más aún con el inicio de legislatura poco esperanzador atravesado hasta el momento por el tripartito valenciano. La falta de acuerdo en Madrid y la repetición electoral puso de nuevo en modo ofensivo a las distintas formaciones del Botànic, mientras especialmente Compromís elevaba la crítica al gobierno socialista de Pedro Sánchez esgrimiendo las reivindicaciones valencianas.
Esta situación, circunstancial por el convulso momento político estatal, ha enrarecido buena parte del semestre, enviando la gestión del Gobierno valenciano a un oscuro segundo plano. De hecho, tal y como informaba este diario, el primer medio año de mandato del Ejecutivo valenciano ha transcurrido sin grandes anuncios y mirando hacia la capital de España.