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empresas desde el interior | Barberá, Blasco y agut, testigos de una larga tradición

La cañada del turrón castellonense, cuando el apellido pone el nombre a los sabores de siempre

  • Muestrario de productos de Turrones Agut de Benllocc.

CASTELLÓ. Cuando alguien oye la palabra turrón, su mente dibuja la palabra Navidad y, al mismo tiempo se desplaza rápidamente a Jijona, la que dicen es la cuna de este dulce típico de origen árabe y donde se concentra la mayor parte de la producción. A quien no le suenan las marcas Picó, 1880, El Lobo, Antiu Xixona... Todas ellas centenarias. Pero hay también otros territorios con mucha tradición en el arte de la elaboración de este producto. Y uno de ellos son las comarcas del interior de Castellón. Y no es casualidad, ya que el cultivo de la almendra, el ingrediente estrella del turrón, es parte de la cultura agrícola de zonas como la Plana Alta o el Maestrat, donde en muchos hogares se elaboraban dulces y turrones para las reuniones familiares navideñas, siendo el de mazapán el más característico. Es la ruta del turrón, de apellidos castellonenses, un producto trashumante que hoy siguen recorriendo  las cañadas del tiempo para ofrecer los sabores de siempre.

En algunas zonas, esa tradición se transformó en el negocio familiar que se dedicaba a la producción artesanal de turrón y mazapán, y alguno de aquellos ha sobrevivido al paso de los siglos y a los constantes cambios de hábitos de consumo para dibujar una pequeña ruta del turrón en Castellón. El punto de partida, por ejemplo, puede ser Atzeneta, donde se encuentra la empresa Turrones Barberà. La más antigua de las que se mantienen activas y con más trayectoria que algunas de la misma Jijona. Pepe Barberá, el actual gerente, es la cabeza visible de la sexta generación de artesanos que inauguró en 1872 su antepasado Ramón Barberá, y que mantiene la esencia de las primeras generaciones y elabora de forma artesanal sus productos.

'Barberá', con siglo y medio a sus espaldas

Barberá explica que, después de casi 150 años "ofrecemos un producto sin excentricidades y lo elaboramos de la forma más noble y tradicional posible sin saborizantes ni colorantes". Así, mantienen las variedades de turrón duro (Alicante) , blando (Jijona), de chocolate con almendra, y de mazapán, que es el producto estrella. "Nuestro cliente quiere un turrón auténtico y normalmente repite", explica Pepe Barberá. El secreto es "utilizar siempre productos de primera calidad como la almendra marcona de nuestra propia cosecha", dice. La empresa cuenta con cuatro personas para elaborar tanto los turrones como otros productos como peladillas o cera, que ya se elaboraban en el siglo XIX y aún perduran.

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