ALICANTE. En vez de madurar en barrica en un sótano, hacerlo bajo la presión del Mar Mediterráneo, en la costa de Alicante. Esta es la rompedora propuesta de la Bodega Submarina del Mediterráneo (BSM), una firma de reciente creación que ofrece a bodegas y empresarios vitivinícolas (no elabora sus propios vinos) la posibilidad de sumergir sus botellas frente al Cabo de las Huertas de la capital alicantina, para sacarlos un año después con unas propiedades totalmente distintas a las que se obtienen con el método tradicional.
Esta particular bodega acaba de recuperar del Mediterráneo su primera 'añada'. Bodegueros de diferentes partes de España acudieron este miércoles a reflotar las botellas que sumergieron hace un año, y otro empresario procedió a sumergir las suyas. José Marín, el propietario y gerente de la bodega, dejó su trabajo de buzo para plataformas petrolíferas y regresó a Alicante para fundar este particular negocio, que aspira a generar ingresos no solo en el sector enológico, sino también en el turístico.
El exbuzo explica que su método de maduración permite acelerar el proceso gracias a una serie de condiciones físicas que hasta ahora no se han podido definir científicamente (ahora será la Universidad de Alicante la que las estudie), pero que se conocen por los hallazgos de ánforas romanas sumergidas en pecios que habían conservado el vino: el mar ofrece una temperatura sin variaciones significativas, humedad constante y "lo que creo es el factor más importante, la presión que se produce en el vino bajo el mar".