Foto: RAFA MOLINA.ALICANTE/BENIDORM. Las buenas cifras del sector turístico de la provincia en el mes de agosto, y especialmente en la segunda quincena, han animado a empresas e instituciones a intentar 'estirar' el verano todo lo posible, incluso hasta el mes de octubre. Una idea que ya se acarició en el verano de 2020, con menos afluencia de visitantes que este, y que finalmente no salió bien por la segunda ola.
Hay razones tanto para el optimismo como para lo contrario. De un lado, la curva de la pandemia vuelve a mostrar síntomas de relajación, con un porcentaje de población vacunada cada vez más alto. De otro, el turismo nacional ha mostrado este mes de agosto un comportamiento mucho mejor al de 2020, compensando la menor llegada de extranjeros. Y por último, el interés de los mercados emisores, especialmente el Reino Unido pero también otros países europeos, se plasma en una previsión de vuelos para septiembre muy similar a la de agosto.
Las reservas de slots que están llevando a cabo las compañías en estos días, así como las rutas que ofertan en sus plataformas de reserva, apuntan en esta dirección, según fuentes del sector consultadas. Pero no hay que perder de vista que es tan fácil programar un vuelo como cancelarlo (cuando no se venden los suficientes billetes), por lo que el escenario es enormemente volátil. El 6 de septiembre, cuando se revisarán las restricciones actuales en la Comunitat, es la clave para saber si cabe esperar un buen comportamiento del turismo nacional el mes que viene (el segundo país con más rutas a Alicante es España).
En cuanto al turismo británico, que pretendía ser una gran salvación en temporada baja, desde la patronal hotelera Hosbec cada vez dudan más de ello. Su presidente, Toni Mayor, explicó a este diario que en la actualidad ese mercado representa casi un 5% del total de la ocupación en hoteles, cuando antes de la pandemia llegaba en torno al 35%, y con todos los establecimientos abiertos. Para los meses de septiembre y octubre las reservas apuntan a que habrá un ligero incremento, pero sujeto a los posibles cambios que depara la situación actual.
Está previsto que para este jueves el gobierno británico se pronuncie sobre su particular semáforo que determina las condiciones de viaje según al país que visitan sus compatriotas. España ha estado desde el primer día en ámbar y todas las publicaciones hasta ahora apuntan a que seguirá estándolo por unas semanas más. Eso implica que permanezca también el criterio de imponer PCR para los no vacunados con la pauta completa: un test al segundo día de pisar suelo británico y otro al octavo.
Para los empresarios, este es el principal problema para conseguir incentivar la demanda en Reino Unido y por lo que Mayor dijo no tener fe en una gran afluencia de momento. Como ha venido explicando este diario, la obligación de presentar este test conlleva dos puntos negativos: el aumento de costes del viaje y la incomodidad de someterse a la prueba y emplear tiempo en ello. Por el contrario, los expertos confían en las PCR como método para controlar los contagios.
Sin embargo, está siendo una pesadilla para los destinos como Benidorm que dependen en gran parte del mercado británico. Mayor recuerda que este verano han salido de viaje el 16% de los que solían ir de vacaciones. Y aunque haya más reservas para estos meses, cree que si es necesario, volverán a aplazar las fechas como vienen haciendo desde que se desató la pandemia.
En cuanto al turismo nacional, si bien el mercado percibe que "hay ganas", porque muchas familias no viajaron en julio (con la quinta ola en su peor momento), hay que tener en cuenta otro factor que puede limitar la estrategia de alargar el verano: la 'vuelta al cole', que complicará esos deseos de vacacionar fuera de temporada. En todo caso, el Patronato de Turismo de la Costa Blanca y Hosbec han puesto en marcha una campaña para intentarlo.
