DEL DERECHO Y DEL REVÉS / OPINIÓN

Talento y elecciones

8/11/2019 - 

Pocas veces me he sentido tan esperanzada hacia el futuro como el pasado jueves, cuando Andrés Pedreño vino de invitado a nuestra tertulia de mujeres, Mesa y Mantel. Y es que toda la información que compartió con las dieciocho asistentes a la tertulia, apoyado por Celia Sánchez, nos llenó de fe. Parece ser que en la provincia de Alicante el talento se desborda y hay una serie de personas de una capacidad extraordinaria, que forman parte del consejo de Alicantec, que deben ser destacadas como ejemplo a seguir por muchos otros emprendedores de la economía digital. Es el caso sin duda de Nuria Oliver, de Andrés Torrubia, de Auri Bustos, de Joaquín Cuenca, de Eduardo Manchón y de, cómo no, Javier García. Ellos son la punta de lanza de una realidad que está poniendo a Alicante en el mapa, pues, como Pedreño nos demostró cuando preguntó de dónde venían nuestras contertulias, hay numerosos empresarios digitales en Alicante. Pedreño fue capaz de destacar proyectos empresariales en Alcoy, Finestrat, Callosa de Segura, Mutxamel o Elche, por poner algunos ejemplos. De otra parte, el proyecto de Torre Juana, donde se ubica la sede de Alicantec, que pivota entre la sostenibilidad del medio ambiente y la tecnología, no deja de ser un reto pionero en nuestro sistema. Definitivamente termino el encuentro con un buen sabor de boca y el deseo de que los sucesivos gobiernos se decidan a apostar por el apoyo a este tipo de proyectos, alejándose del primitivo impulso de ensalzar únicamente a sus afines, y sean conscientes de que talento de esta magnitud puede tirar de la economía de nuestra provincia, a todos los niveles. Es preciso contar con un apoyo incondicional a este tipo de proyectos, no para aportarles fondos, que igual por suerte ni los necesitan y eso sería lo ideal para que pudieran mantener su independencia, sino para que se difundan y fomenten a su vez la creación de otros proyectos tecnológicos, por pequeños que sean. Se podría lograr un milagroso efecto llamada que resultara, al final, una especie de Silicon Valley a la alicantina. No olvidemos que toda piedra hace pared.

Visto lo visto, las recientes malas noticias del desempleo en Alicante pueden ser compensadas, en parte al menos, con estas otras buenas que acabo de comentarles. Pero lo que no nos va a servir ya, en ningún caso, es que los jóvenes no se formen debidamente para la profesión que quieran desarrollar. Sin duda no es aceptable que los estudiantes cuelguen los libros antes de tiempo, sin haber llegado a alcanzar el grado de preparación necesario para la vida. En el mercado laboral actual los puestos más precarios son los de aquellos que tienen menos formación. No os queda otra que remangarse e hincar codos, queridos jóvenes, porque en el mundo que viene que, merced a la inteligencia artificial va a eliminar muchos de los trabajos menos cualificados, más que nada porque las máquinas los van a desarrollar en sustitución de las personas y con mayor grado de éxito y un coste infinitamente menor, sólo los más preparados se van a poder defenderse en condiciones. Es un auténtico cambio de paradigma y no podemos quedarnos atrás.

Y, hablando de esto, de cambios de paradigma como el que se puede producir en nuestro país en los próximos días, me pongo a pensar en las elecciones, en cuántas personas a día de hoy no saben a quién van a votar, en cuántos me han dicho que piensan votar en blanco y en la absoluta incógnita del resultado de las votaciones del domingo. La política española está corriendo el riesgo de aburrir a los electores tras tanta repetición a lo Bill Murray , de no convencer, de quedarse simplemente desfasada, porque los discursos ya no nos llegan a los votantes. Es preciso que los partidos consigan re-ilusionar al electorado, pero para ello primero han de averiguar cómo hacerlo. Calificaría de simplemente obsoleto el debate 5-0 de los líderes de los cinco principales partidos políticos: 5 hombres, ninguna mujer. Y me niego a creer que debamos seguir aceptando que no haya una sola mujer en España que pueda encabezar las listas electorales de, al menos, uno de los partidos que concurren a las elecciones. Más aún viendo lo malos que son algunos en los debates. Teníamos a Rosa Díez, pero fue injustamente pasada por la quilla. Mujer y de más de cincuenta, era carne de cañón en un país donde lamentablemente la estética prima sobre la ética.

La revolución tecnológica nos pilla con ese machismo recalcitrante a la altura de la barbilla. Queremos la modernidad, pero en casa se sigue sirviendo primero el plato de comida al hombre. Como se ha hecho toda la vida. Es hora de que dicha revolución digital, que es ya una realidad hoy, conlleve así mismo una imprescindible revolución en materia igualdad, sin tanta palabrería y tanto lenguaje inclusivo efectista, que no efectivo. También es cierto que las mujeres no podemos perdernos el desafío de la tecnología. Porque no nos podemos permitir desperdiciar el 50% del talento para llevar a nuestro país adelante. 

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