Ksenia Okhapkina se fue a una de las regiones del Ártico más inhóspitas de Rusia a grabar la vida en un pequeño pueblo. Según cuenta, durante la etapa soviética, la mitad de la población que se desplazó a este lugar eran prisioneros. Sin embargo, a la muerte de Stalin, cuando se abrieron las puertas de los campos de trabajo, muchos no quisieron volver y permanecieron allí. Ahora, ella ha rodado cómo el universo soviético sigue presente en este lugar.
Los últimos segundos de la final de los Juegos Olímpicos de Munich, en los que la URSS logró derrotar a Estados Unidos, le costaron una úlcera a Kondrashin con la que estuvo luchando el resto de su vida. Los jugadores de la URSS sufrían concentraciones que duraban meses en las que estaban aislados de todo, por eso a veces se entregaban al vodka y fumaban compulsivamente, pero lograron dominar este deporte en Europa y el mundo, al menos hasta que les destronó Yugoslavia, con choteos y burlas incluidas