VALÈNCIA. El Circuito Sail GP es uno de los eventos de vela más importantes que se celebran en el mundo. El impulsor es Russel Coutts, ganador de cinco Copas América (tres como patrón y dos como CEO), y el mecenas es Larry Ellison, empresario estadounidense y dueño de Oracle. Es un circuito que nació para hacerle la competencia a la Copa América, ahora en posesión de Nueva Zelanda, que se la ganó precisamente en 2017 a los americanos en Bermudas por 7-1.
Este circuito se navega con catamaranes F50 con foils, y participan los regatistas más importantes del mundo, que también lo hacen en equipos de Copa América. Australia, Japón, Estados Unidos, Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Francia son algunos de los equipos que participan. En la segunda edición, Russell Coutts invitó a España a participar, corriendo él con todos los gastos. Con un presupuesto de cien millones de dólares, la competición Sail GP trabaja en un modelo de franquicias similar a la NBA o la NFL. Gran Bretaña ya ha comprado su propio equipo a Ellington y Endeavor, y otros inversores han mostrado interés en otros equipos.
España está a la búsqueda de patrocinadores. Lleva dos años en el circuito, de la mano de la empresaria María del Mar de Ros y del regatista olímpico Jordi Xammar, ambos a las órdenes directas de Russell Coutts, pero los resultados no son buenos. Entre que no se consigue un patrocinio de entidad, y que el aspecto deportivo deja mucho que desear, los vientos comienzan a soplar en contra del equipo español.
Russell Coutts dio a España la oportunidad de tener un equipo con dos condiciones: la primera, que buscara uno o varios patrocinadores (cinco millones de euros por temporada), y la segunda, que tuviera una sede para organizar un evento. La sede, después de ponerla a subasta entre Barcelona, Ibiza, Palma de Mallorca, Lanzarote, València y Cádiz, se quedó en la tacita de plata por el módico precio de cien millones de euros para repartir en dos años.
María del Mar de Ros y Jordi Xammar crearon un equipo de jóvenes regatistas, todos pertenecientes al equipo preolímpico español. Xammar, Trittel, Botín, Pacheco, Cardona, Joel Rodríguez, Van der Velden… que, con mucha ilusión y corazón, han tratado de aprender rápido los entresijos de la clase F50, pero se han encontrado en frente a verdaderos gurús de la vela mundial, por lo que demasiado han hecho.
Ahora, Russel Coutts se ha cansado de poner dinero y de que el equipo vaya de fracaso en fracaso, con el agravante de que no ha encontrado un patrocinador en condiciones. Y es que, el CEO neozelandés no ha visto con buenos ojos la entrada del único patrocinador que hasta ahora tiene el equipo español, el Grupo Pérez y Cía, ya que él pensaba en tener a Telefónica, Mapfre o alguna multinacional del Ibex.
La estrategia de Coutts ha cambiado y ha reemplazado a Jordi Xammar, hasta ahora patrón del velero español Victoria, por Diego Botín. Dos grandes amigos y patrimonios del equipo olímpico español de vela, que ahora pueden estar ya enfrentados. El neozelandés trata, por todos los medios, de que el Grupo Santander ponga algo de dinero en el equipo para descargarse él del compromiso económico. Diego Botín es hijo de Gonzalo Botín y nieto de Jaime Botín, expresidente de Bankinter, por lo que el ‘tiro’ de Coutts no está mal tirado, aunque Diego Botín jamás ha utilizado a su familia para conseguir un patrocinador. Veremos qué pasa esta vez.
A María del Mar de Ros, hija de los dueños de Codorníu, la ha cesado como CEO del equipo español y ha puesto en su lugar a Florian Trittel, compañero de Diego Botín en el equipo de la clase 49er del equipo olímpico, aunque no ejerza directamente como responsable máximo del equipo.
El cese de Xammar no ha sentado bien al resto del equipo, que no ha dicho ni media palabra en público, aunque sí se han manifestado en privado, colocando a Florian Trittel como máximo responsable del cambio; es decir, la garganta profunda de Russell Coutts. El poder de Trittel, según miembros del equipo español, reside en que tiene como encargo convencer a Botín de que es necesario tener un buen patrocinio, por la imagen del equipo y que si lo consiguen, ya no dependerían tanto de los resultados.
El caso es que el equipo olímpico español comienza a resquebrajarse. El gran ambiente que había conseguido el director de Preparación Olímpica de Tokio 2020, Santiago López Vázquez, ya no es tal y entre las disputas del equipo de Sail GP y los continuos cambios de responsables deportivos en la federación española, el equipo comienza a ir por libre.
La Federación Española de Vela, que preside Javier Sanz, no ha sabido gestionar este escabroso asunto. Ha dejado impunemente que los miembros del equipo olímpico se volcaran en el circuito de Sail GP, abandonando en muchos de los casos la preparación olímpica y provocando, sin duda, el enfrentamiento actual entre los dos gallos del equipo, Xammar y Botín.
Entramos en una fase en la que España tiene que participar en regatas olímpicas para clasificar al país en los próximos Juegos Olímpicos de París y el calendario de Sail GP, desde junio de 2023 hasta julio de 2024, es de catorce eventos, es decir uno por mes. ¿Cómo se las van a apañar los regatistas olímpicos para cumplir con su obligación de clasificar a España para los Juegos? o ¿quizás estén pensando más de uno en renunciar a ellos y seguir cobrando de Sail GP?
Lo que está claro es que Jordi Xammar y Nora Brugman, dupla española en la clase 470 mixto, están fuera de Sail GP, por lo que ahora se pueden dedicar en cuerpo y alma a su preparación olímpica para clasificar a España, primero, y para ganarse la participación contra Silvia Mas y Nicolás Rodríguez. Es fundamental que la Real Federación Española de Vela tome cartas en el asunto y proteja y bloquee el equipo olímpico dando un ultimátum: o Juegos o Sail GP. Pero Javier Sanz no lo hará, porque carece de personalidad para hacer eso.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 102 (abril 2023) de la revista Plaza