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CIUDADANA / OPINIÓN

Rajoy en el estrado

30/07/2017 - 

Al final todo llega y hemos visto testificar a Rajoy. Era una prueba relevante no sólo por su actual vinculación al Gobierno de España sino también porque él era vicesecretario general del Partido Popular cuando se produce los hechos que se ventilan en la causa Gürtel. No se trata de que pasara por allí y viera el accidente como ocurre en un juicio de tráfico sino que él estaba allí, cuando se desarrollaba la trama.

Pero resulta que Rajoy, con algo de brujería, que en Galicia se dice que hay brujas, estaba pero no estaba, porque como ha afirmado en el juicio, él era responsable de la dirección política pero no de la económica, los temas económicos los llevaban otros. Total que no sabemos si ha mentido o ha dicho la verdad y no se enteraba.

Hay motivos para creerle, en una organización cuyo órgano de dirección, el comité ejecutivo, lo componen más de 50 personas, es posible no saber de lo que se encarga cada uno. Pero por otra parte el Partido Popular es un partido presidencialista, dónde se presupone que el responsable último es su Presidente. Si nadie asume la responsabilidad política de la organización ¿a quién nos dirigimos ante situaciones presuntamente ilícitas e ilegales del principal partido político de España?

Cerca de 300 periodistas nacionales y extranjeros estaban acreditados para ver la escena y las portadas de varios medios internacionales han cubierto la noticia que no representa precisamente lo mejor de la marca España, sino la cara más vergonzante de un país donde la corrupción no deja de salpicar la actualidad política.

Rajoy ha testificado y algunos ciudadanos hemos sentido algo de vergüenza ajena de ver sentado en el estrado, que no en el banquillo, al presidente del Gobierno de España. Rajoy ha dicho que esta testifical es un ejercicio de normalidad democrática, yo creo que la presencia de Rajoy en el Juicio es un síntoma de mala calidad democrática. La corrupción afecta a la percepción de los valores que tiene una sociedad y genera desconfianza en el funcionamiento de las instituciones.

El que ha estado magistral pese al papelón que le ha tocado jugar, ha sido el Presidente de la Sala, que ha sabido mantener la compostura con mano izquierda y cortesía procesal sin que se le fuera el debate de las manos. Con su "venga, vamos" castizo ha sabido lidiar hábilmente entre tanta protesta de los togados, incluso ha llegado a provocar la risa espontánea en algún momento, como cuando afirmaba que no podía advertir que no hicieran preguntas impertinentes antes de que se hicieran. También advirtió a Rajoy que no hiciera observaciones improcedentes.

A mitad de la semana tuvimos un espectáculo mediático pero poca "sustancia". No se ha dicho nada nuevo ni tampoco se ha aclarado nada, será la sentencia la que ponga la última letra a una situación de bochorno para el Partido Popular y para los ciudadanos honestos que alucinan con determinados comportamientos de nuestra clase política.

Llegan las vacaciones de verano y sería aconsejable que los dirigentes del Partido Popular, su Comité ejecutivo, la dirección política o quien corresponda, reflexionaran sobre los retos de su futuro. Hace ya unos meses Mayor Oreja, afirmaba en una entrevista que el Partido Popular tiene que afrontar una Refundación, una Regeneración y una Rectificación. Ese triple reto puede ser especialmente ilusionante si se piensa en el futuro de las instituciones y en la calidad de nuestra democracia.

Victoria Rodríguez Blanco

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