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el sur del sur / OPINIÓN

Queda mucho para ser Málaga

11/10/2020 - 

A Alicante siempre le ha gustado seguir el modelo de Málaga, por varias razones: por ser dos capitales y dos provincias muy parejas en tamaño, población y por modelo turístico/económico. Sin embargo, si hay un cambio radical, que seduce a los gobernantes de Alicante, sobre todo, a los del PP, es el que ha obrado el actual munícipe malagueño, Francisco de la Torre, después de 20 años en el poder. Durante este tiempo, la capital del Costa del Sol se ha convertido en un referente turístico, cultural y tecnológico, cosa que Alicante intenta a duras penas en los últimos años. El impulso tecnológico ha llegado en tres años y de la mano de la Generalitat Valenciana con el Distrito Digital; el turístico, sólo en los últimos años, la capital de la Costa Blanca ha descubierto que había más turistas que atraer que madrileños y manchegos, que tenían y tienen a Alicante como segunda residencia, y de la cultura, poco hay que hablar, como he recordado en varias ocasiones: la única herencia que tenemos es el Marq y el Maca, proyectos dignos y significativos, pero muy lejos de iconos como el de Picasso, Pompidou y Thyssen

A ello hay que unir un elemento, el turismo de congresos, que Málaga también ha conseguido referenciar, pero del que Alicante no logra de dar con la tecla y, además, intenta influir en el debate abierto en Elche con la construcción de un nuevo edificio.

Pero más allá de estas diferencias, muy visibles, y a las que Alicante si llega, llegará con retraso, hay otros elementos en los que la ciudad malagueña nos tiene ventaja, en cuestiones como puesta en valor del patrimonio y de comercio de cercanía.  En ambos casos coinciden no de ahora, si no de hace tiempo, una apuesta por el casco antiguo y su peatonalización de la mayoría de su centro histórico, lo cual le convierte en un valor seguro y atractivo, incluso en tiempos de pandemia y sin el turismo internacional. Málaga, más allá de un parque tecnológico consolidado, y de congresos especializados, posee una oferta turística que le confiere un rol de ciudad perfecta para el fin de semana o para los puentes de tres o cuatro días, con oferta cultural y de ocio atractiva para decantar cualquier elección, incluso la celebración de un congreso. No sé si tiene más patrimonio -quizás lo tiene más concentrado-, pero lo que si que parece obvio es que le ha dado protagonismo y lo ha puesto al servicio del turismo, sin discusión.

Por si fuera poc, hay otro elemento: ha conseguido dar con un modelo comercial y de ocio en el Puerto compatible con el descanso nocturno. La zona del denominada Muelle 1 es el ejemplo en el que conviven tiendas, restaurantes y el centro Pompidou, y, por lo tanto, un buen escaparate para el turismo de cruceros. En la única cosa que le gana Alicante es que Málaga no ha sido capaz todavía de desplazar la industria del puerto y el horizonte todavía lo ocupan las descargas en los silos, algo que rompe con esa imagen perfecta que, en cambio, sí tiene Alicante cuando un crucero amarra en su bahía.

Y otro ventaja: Málaga sí que tiene conectado su aeropuerto en tren, algo que Alicante hace años que persigue, y a su centro de congresos, el FYCMA, que también es recinto ferial, en el mismo eje, aunque no tenga parada ferroviaria. Su FYCMA es una especie de IFA, pero sin estación de tren. 

Y con estos ingredientes, teniendo en cuenta que Alicante está creciendo en el ámbito tecnológico, no cree en los proyectos culturales (más allá de la programación del ADDA, las exposiciones del Marq y lo que la programación de conciertos o teatro pueda deparar) y juega con desventaja en el turismo de congresos y cruceros, sigue teniendo una asignatura pendiente: apostar por el centro, por la peatonalización, por la restricción del tráfico, por generar valor en la atracción de marcas, etc...Es verdad que el alcalde, Luis Barcala, da pasos en esa dirección, pero quizás sin la determinación que requiere el momento. No se trata de inversiones, que también, y posiblemente, sean más necesarias para otros barrios, pero si de tocar las teclas necesarias para que se dé en el centro de la ciudad esa conjunción de condiciones -turismo, cultura y ocio- que la hagan más atractiva si cabe. Hace falta estrategia y convencer a muchos de que ese es el camino indicado. De lo primero veo dudas; y de lo segundo, mucha bronca.

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