ALICANTE. El coronavirus ha cambiado de forma radical el ritmo de trabajo de empresas y emprendedores. En un momento en el que los primeros pasos del desconfinamiento se hacen patentes, también lo es una realidad en la que ha cambiado la forma de relacionarse, de comunicarse, de estudiar, de hacer deporte o de trabajar. El Estado de Alarma por el coronavirus lleva a una incertidumbre sobre cómo serán las circunstancias empresariales en el futuro cercano. En Alicante Plaza creamos una serie de artículos que con el título ¿Qué hace un emprendedor en cuarentena? para que sus protagonistas nos cuenten sus casos. Hoy preguntamos a Daniel Ortiz, responsable de Desarrollo de Negocio de Cool Bottles, para que nos cuente su perspectiva del momento y cómo afrontan esta situación.
Cool Bottles es una joven firma que se gestó en Castalla y que vende botellas reutilizables de acero inoxidable, pero cuya marca va más allá de un producto y vende, sobre todo, un "estilo de vida". Con una imagen fresca y un equipo del que también forma parte esencial Loredana Neves, Community Manager del proyecto, lograron que su marca vendiera sus botellas y accesorios a través del marketplace digital de Nike en España. ¿Cómo está viviendo la pandemia?
Ortiz asegura que "es muy notable todo lo que hemos aprendido, gestionado y evolucionado durante todo este tiempo. Si ya pensábamos que todo se movía muy rápido, estas últimas semanas han sido de una velocidad supersónica. Nos ha tocado vivir en tiempos de una incertidumbre extrema y esto nos está poniendo a prueba a todos". En el equipo de Cool Bottles, aseguran, han pasado por las fases de negación y confusión pero lo han intentado dejar atrás lo antes posible. Era una situación peliaguda la del Estado de Alarma, porque, de pronto, todos sus puntos de venta en España, más de 50, cerraban. "Habíamos basado nuestro modelo de crecimiento en la omnicanalidad y, de pronto, nuestro modelo de crecimiento se tenía que centrar únicamente en el e-commerce". Comenzaron a teletrabajar y a agrupar los envíos al máximo para estar en el almacén el menor tiempo posible.
"Debíamos parar"
Sin embargo, las ventas se desplomaron. Si la gente no podía salir de casa, ¿para qué quería una botella? Todo el mercado se centró en productos de primera necesidad y algunos nichos específicos. "Nos dimos cuenta que no éramos necesarios y que debíamos parar. Cerrar la web, dando servicio tras el estado de alarma, era la decisión correcta para no obligar a ningún miembro del equipo a salir de casa. Y, en consecuencia, dejábamos de poner en riesgo a los transportistas". Los pedidos, asegura Ortiz, pasan por muchas manos y era un riesgo para todas esas personas y para sus familiares, vecinos o ellos mismos. "Somos una empresa joven, pequeña y en crecimiento. Es algo que nos dolía mucho hacer, pero que debíamos hacer para ser consecuentes con nuestros valores".