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Puig desoye la pataleta de Moncloa y de otras CCAA por su reforma fiscal

Foto: KIKE TABERNER
29/09/2022 - 

VALÈNCIA. Las réplicas del terremoto informativo acaecido este martes en el Debate de Política General de la Comunitat Valenciana siguieron reproduciéndose ayer incluso con mayor vigor que la jornada anterior. El anuncio del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de una rebaja fiscal a las rentas medias y bajas -cuyo espíritu era conocido por socios del Botànic y compañeros socialistas del Gobierno de España- se convirtió durante toda la jornada en el asunto del día en la agenda política nacional.

Por las distintas reacciones, pocas dudas quedaron este miércoles de lo apuntado el día anterior por distintos cargos del Gobierno central: la iniciativa de Puig no gustó a La Moncloa y así lo hicieron saber diferentes colaboradores próximos a Pedro Sánchez de forma pública y notoria en todo tipo de foros y espacios de comunicación.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue de las más activas con su reprimenda, recomendando a las Comunidades Autónomas (CCAA) que fueran "coherentes con sus cuestiones y peticiones" ya que "la gran mayoría solicita al Gobierno más recursos que vienen de la misma bolsa de impuestos". El día anterior ya había lanzado otra advertencia: "No es bueno que las CCAA inicien esa espiral". Unas palabras que no impresionaron demasiado en el PSPV que lidera Puig: es más, había quien recordaba como en 2016, la propia Montero -en aquel momento consejera de Hacienda- rebajó en dos puntos el tramo autonómico del IRPF en Andalucía a las rentas menores de 60.000 euros, una medida muy parecida a la ahora anunciada por el presidente valenciano.

Puig y Montero, en una imagen de archivo. Foto: KIKE TABERNER


Pero Montero no fue la única. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia Calviño, al ser preguntada por este asunto, instó a la "solidaridad" entre regiones y avisó de que el modelo de país "no puede ser esta competición a la baja en materia fiscal". "Aquí lo que hay es una política fiscal responsable o no y desde el Gobierno hemos venido llevando a cabo una política fiscal responsable", afirmó Calviño.

Por su parte, la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, al ser preguntada sobre si Puig había trastocado la estrategia nacional del PSOE, se apresuró a asegurar que no existía "ningún malestar" con el jefe del Consell. "El Gobierno tiene muy claro cuál es su proyecto y su hoja de ruta", añadió a continuación. Una negación del conflicto de esas que permiten intuir las brasas todavía activas del incendio.

Tres muestras de la tensión existente a las que se añadía algún responsable autonómico, como el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien tiró de ironía al ser preguntado por el anuncio de Puig: "Será algo interesante de ver en el futuro" la negociación de un nuevo modelo de financiación autonómica, "con comunidades autónomas que irán obviamente allí a solicitar más recursos y previamente han reducido sus ingresos a través de según qué medidas".

Ahora bien, el toque de silbato de La Moncloa para el desmarque del anuncio de Puig no llegó, ni mucho menos, alto y claro a todos los responsables autonómicos socialistas. De hecho, Emiliano García Page (Castilla-La Mancha) y Javier Lambán (Aragón) no descartaron seguir este camino, mientras que María Chivite (Navarra) y Miguel Ángel Revilla (Cantabria), que gobierna con el PSOE, manifestaron estudiarlo.

¿Qué ocurría mientras en la Comunitat Valenciana y, en especial, en el PSPV, durante esta tormenta? Las manifestaciones públicas y privadas en el seno de la formación que lidera Ximo Puig se dividían entre las llamadas a la calma y también cierto espíritu de revuelta ante la jerarquía que trataba de imponerse desde Madrid.

La portavoz socialista en Les Corts, Ana Barceló, abrió fuego a primera hora de la mañana en la 99.9 Plaza Radio: "El Gobierno de España debe entender y respetar nuestro margen de autogobierno", afirmó. En una línea más técnica se expresó el secretario de Política Económica del PSPV, José Antonio Pérez, quien recalcó que la reformase se planteaba "desde la responsabilidad para que los que más sufren la inflación la sufran menos y los que más tienen, más aporten".


Y finalmente, el propio Puig, de viaje institucional en Bolonia, también se pronunció dejando claro que su propuesta no iba "contra nadie". "Es una reforma para beneficiar a las personas que tienen más dificultad" en la línea de la reforma fiscal que ya hizo la Comunitat Valenciana en 2017, que significó "que la inmensa mayoría de la Comunitat tuvieran que pagar menos impuestos, porque estaban pagando más que la media nacional".

En privado, distintos cargos del PSPV admitían que el enfado de sus compañeros en el Gobierno central parecía apuntar más a una cuestión estratégica que a un desacuerdo con la propia medida en sí. En este sentido, consideraron que Puig había podido "adelantarse" a una maniobra a gran escala de Pedro Sánchez. De hecho, la ministra Montero tenía previsto presentar esta semana su reforma fiscal para las grandes fortunas que, finalmente, se retrasará unos días.


Al final de la tarde, medios nacionales como El Mundo y El País, posteriormente Europa Press, parecían dar la razón a los socialistas valencianos, puesto que se hizo público que el Gobierno estudiaba la posibilidad de incluir medidas para las rentas bajas -aunque incluso en algún medio aclaraban que no en la misma línea que Puig- dentro del próximo paquete de medidas fiscales que se encontraban ultimando.

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