Los ángeles custodian las aceras de la ciudad; un belén gigante preside La Explanada de España; atrezzo navideño adorna las calles; bastones de caramelo, renos, Papá Noel, luces de todos los colores… Ostentación para algunos, elegancia para otros. Hay incluso quien ha aprovechado como arma política esta sobredosis de espíritu navideño de Luis Barcala; había concejales de la oposición que parecían no dormir tranquilos ante la presencia de tanto angelito por las esquinas. Algunos tenemos fobia a los payasos, otros a los seres con alas. Se despertaban por la noche turbados por la sombra que proyectaban las alargadas siluetas en la calle.
El caso es que el Ayuntamiento de Alicante ha ahondado todavía más en sus intenciones de ser un referente en el turismo navideño. Si el año pasado se marcaron el tanto de haber plantado el nacimiento más grande del mundo -con récord guinness incluido-, esta temporada han tirado la casa por la ventana añadiendo a los tres Reyes Magos y llenando toda la urbe de motivos navideños. La verdad que es espectacular. Enhorabuena a los ideólogos de esta iniciativa. Es un acierto apostar por un turismo diferente al de sol y playa tradicional. Me pregunto, ¿será suficiente para poner a Alicante en el mapa de los adictos al espumillón y a las guirnaldas?
Se ha dado un primer paso con la inversión inicial de engalanar las calles con temática estival, desgraciadamente todavía queda mucho por hacer. Es frustrante visitar los ranking de las mejores ciudades para visitar en Navidad y que en ninguno figure nuestro municipio. Hay hueco para Valencia, Segovia, San Sebastián, e incluso Málaga, esa a la que siempre miramos desde el retrovisor, pero todavía los que elaboran esas listas no han debido de pasar por Alicante. Clasificaciones lideradas, evidentemente, por Vigo; cómo no resistirse a contemplar la iluminación y a su alcalde Abel Caballero inaugurar la Navidad con su ya clásico “Merry Christmas” con acento gallego.
Un gasto en energía, que no es tal, sino más bien una inversión: en fechas navideñas, el municipio gallego recibe aproximadamente a 2 millones de visitantes de los cuales 400.000 pernoctan en sus hoteles; cifras que convierten a Vigo en la ciudad más visitada del norte cada Navidad. Premio que ha sido recogido no por casualidad o inercia sino que es fruto de un trabajo previo y de una inversión en promocionar en otros rincones de España y Portugal -dada la cercanía del país luso de sus lindes-, lo bonita que es su ciudad en estas fechas. La concejalía de turismo vigués ha gastado miles de euros en conseguir que en casi cuatrocientos municipios españoles se conozca la apuesta de la ciudad por la Navidad.
¿En Alicante se ha hecho ese trabajo preliminar antes de encender tantas luces y plantar el Belén más grande del mundo? Creo que a nadie se le ha iluminado la bombilla; estoy por apostar que en Madrid no saben que nuestro nacimiento ostenta un Récord Guiness. Ha faltado coordinación entre la concejalía de fiestas y la de turismo, resulta en vano crear un entorno idóneo para que vengan turistas en estas fechas si los responsables de atraer ese turismo no están al quite. Me ha sido imposible encontrar alguna campaña destinada a atraer viajeros en Navidad; si existe, le ruego a los responsables que me la manden y rectificaré.
A veces da la sensación que el idilio de Alicante con la Navidad es un quiero, puedo, pero no me termina de convencer. No solo por la falta de armonía entre concejalías, sino también por el desaprovechamiento de recursos para impulsar de verdad esa industria. Deberíamos dar un impulso a la Asociación de Belenistas de Alicante y el inmenso trabajo que hacen; no entiendo por ejemplo, que el Museo del Belén de la ciudad esté cerrado los fines de semana. Espacio que además de eso, es desconocido para muchos alicantinos. Más de una vez al hacerle mención, mis interlocutores han mostrado su asombro al saber que había una exposición permanente dedicada a nacimientos. ¿No sería lógico potenciar iniciativas como esta si queremos ser un destino de referencia en Navidad? ¿Si ni siquiera nuestros vecinos conocen ese lugar cómo van a venir desde otros rincones a verlo? Si nos lo proponemos, podemos convertirnos en un referente del turismo belenístico. No solo por la tradición que existe en la ciudad, sino también en la provincia, famoso es el belén de Tirisiti de Alcoy; obra teatral con marionetas que es Bien de Interés Cultural desde 2002.
Debemos defender y fomentar los vínculos de nuestra provincia con la Navidad. No solo por elementos espectaculares como el de la Cabalgata de Reyes de Alcoy, sino también otorgando el peso que merece a la industria turronera de Alicante y de Xixona. Resulta paradójico que toda España coma nuestros dulces en estas fechas y no seamos un destino a tener en cuenta. Sería interesante planear excursiones a las fábricas de turrón, por ejemplo.
La navidad es Valencià, pero también alicantina.
