El alcalde de Alicante, Luis Barcala, junto a los concejales del PP, en el pleno de toma de posesión. Foto: RAFA MOLINAALICANTE. El nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante, compuesto ahora por el Partido Popular (PP) en solitario, apura los trámites para someterse a su primer test del mandato en el que tendrá que poner a prueba su capacidad de convicción sobre las cuatro fuerzas que forman la oposición: PSOE, Vox, Compromís y Esquerra Unida Podem. Esa primera prueba de fuego consiste en la defensa de la tercera modificación del presupuesto prorrogado de 2022, para la que los populares tendrán que conseguir, como mínimo, la abstención de uno de esos cuatro grupos políticos.
Todo parece indicar que las negociaciones se abrirán de forma inminente, ya que uno de los objetivos esenciales de ese ajuste contable es el de cumplir el compromiso adquirido por el PP antes de las elecciones municipales como desarrollo de la propuesta planteada por el Consell del Botànic: que los menores de 31 años puedan utilizar el autobús de manera gratuita desde el mes de agosto.
La bonificación del servicio de transporte público es, de hecho, una de las principales partidas a incorporar en esa modificación de crédito, aunque su importe concreto todavía no ha trascendido. Con todo, esa no es la única aportación que se pretende provisionar. Otro de los elementos de mayor volumen a incluir en la tercera modificación presupuestaria tiene que ver con el pago de la factura energética, toda vez que la cuantía sobre ese concepto reflejada en el presupuesto de 2022 no resulta suficiente para cubrir el incremento de costes que se espera que se registren a lo largo de todo 2023.
De hecho, el bipartito conformado por PP y Ciudadanos (Cs) había previsto triplicar el importe destinado a ese fin en la propuesta de presupuesto trazada para 2023 que no llegó a someterse a la consideración del pleno. Así, se había pasado de los 7 millones previstos en las cuentas de 2022 a una estimación de 20 para este ejercicio con el fin de atender el encarecimiento de los precios de la energía. Está por ver cuál puede ser la suma exigida para saldar ese gasto que, en cualquier caso, se apunta como el más abultado del reajuste presupuestario.
Además, también se prevé dotar de fondos para ejecutar otra larga lista de inversiones de mejora en distintos barrios de la ciudad. Eso sí, se tratará básicamente de actuaciones de mantenimiento, o que no conlleven plazos de ejecución prolongados, ya que se dispondrá de menos de cinco meses para que esas nuevas inversiones queden completadas. De lo contrario, la partida asignada para su ejecución volverá a formar parte de los remanentes.
Por ahora, no se ha desvelado qué actuaciones concretas se aspira a promover a través de esa modificación contable, después de que, con la validación de la primera modificación de crédito, por 9,7 millones, quedase cubierta la financiación requerida para impulsar las obras de reurbanización que cuentan con aportaciones europeas. Tampoco se conoce a cuánto ascenderá el importe definitivo de esta tercera modificación (la segunda, por otros 1,7 millones, tenía como objetivo desbloquear el pago de las llamadas subvenciones nominativas), aunque todo parece indicar que podría aproximarse al importe conjunto de los dos cambios presupuestarios promovidos hasta ahora.
Sin embargo, sí queda descartado que en esa propuesta vaya a incluirse proyectos de calado como la construcción del nuevo edificio para el CEE El Somni (una de las principales inversiones contempladas en la propuesta de presupuesto de 2023), con financiación autonómica a cargo del Plan Edificant, o la ejecución de la pasarela ciclopeatonal a Urbanova, que ahora quedaría condicionada por el futuro del proyecto de la variante de Torrellano, en la medida en que podría resultar necesario modificar la propuesta inicial, en el caso de que, a corto o medio plazo, no resulte necesaria la ejecución de un paso elevado sobre las vías como el que se incluye en el proyecto.
Entre tanto, el departamento municipal de Economía y Hacienda también trabaja en la planificación del nuevo presupuesto para 2024 con el propósito de que pueda quedar aprobado antes de fin de año y entrar en vigor con el inicio del año natural. Fuentes consultadas precisaron que esa planificación económica ya está estructurada, por lo que no se augura que, esta vez, pueda retrasarse su tramitación. De hecho, el mismo alcalde, Luis Barcala, señaló tras el pleno de toma de posesión del cargo, que sus primeras decisiones para el nuevo mandato serían el impulso de la tercera modificación de crédito y la elaboración de las cuentas de 2024.
