VALÈNCIA. El Valencia Basket confía en su mayor potencial y en el empuje de la Fonteta para ganar por más de dos puntos al Orman Genclik turco en el partido de vuelta de la eliminatoria de la Eurocopa que les enfrenta, tras haber caído por 68-66 en el encuentro de ida en Ankara la semana pasada.

Las actuales restricciones sanitarias por la sexta ola del coronavirus limitan el aforo de la Fonteta a la mitad (unas cuatro mil personas) pero en la entidad confían en que haya una buena entrada que empuje a las jugadoras.

Eso sí, el equipo de Rubén Burgos, además de la ya conocida baja de Raquel Carrera, que no jugará en lo que resta de temporada por una lesión en la rodilla, tampoco podrá contar con la exterior Leticia Romero, que se ha contagiado de covid-19. Serán dos bajas que condicionarán la rotación del técnico, que está previsto que complete el equipo con las canteranas Claudia Contell y Emily Kalenik.

En la ida, el Valencia dominó el arranque del encuentro pero sufrió un bajón en su juego después que su rival aprovechó para darle la vuelta al marcador y hacerse con una renta de diez puntos que el conjunto de Burgos consiguió recuperar en su mayor parte en los últimos minutos gracias a Cristina Ouviña y a Bec Allen.

El desarrollo de ese encuentro apunta a que la primera labor del Valencia será minimizar el impacto en el juego de la base estadounidense Danielle Robinson, que con sus veintitrés puntos, siete rebotes y cinco asistencias fue el motor del equipo turco. También deberá controlar a la interior Teaira McCowan, que dominó las zonas con sus diecinueve rebotes aunque sus bajos porcentajes la hacen algo menos peligrosa.

Además de esa derrota, el Valencia perdió también este fin de semana ante el Spar Girona en la Liga Femenina, en un encuentro en el que, no obstante, el equipo mostró una capacidad competitiva que le debe servir para lograr un triunfo que le permita seguir adelante en la competición europea.