VALÈNCIA. La temporada se le pone cuesta arriba al Levante y, por ende, a Paco López. El técnico, después de alcanzar la histórica cifra de cinco encuentros consecutivos empatando a uno, sigue inmiscuido en cómo conseguir la ansiada segunda victoria del curso, que está tardando en llegar y continúa hundiendo al equipo en puestos de descenso.
Lo que más preocupa ya no es solo el puntaje -el desalentador 8 de 30-, sino que tampoco se atisban demasiados brotes verdes que hagan presagiar triunfos seguros en los próximos partidos, como sí ocurría al inicio de campaña. Los buenos minutos del equipo sobre el tapete se suelen ver empañados por desconexiones o momentos de flaqueza que siempre terminan dando aire al rival, como ha ocurrido en prácticamente todos los choques desde la última victoria en El Sadar hace ya más de dos meses.
Sin embargo, se mantiene firme la confianza de la dirección depotiva en el entrenador, pero ese respaldo se ha de rubricar con puntos y victorias que tienen que llegar cuanto antes. Más si cabe cuando los rivales que ahora mismo son directos de los granota en las posiciones de color rojo de la tabla sí consiguen sumar de tres -como el Celta el pasado domingo o el propio Valladolid las dos jornadas anteriores-.