ALICANTE. Dos centenares largos de herculanos, el consejo de administración al completo, además Enrique Ortiz, Juan Carlos Ramírez y Carlos Parodi asistieron este domingo a un nuevo petardazo del equipo blanquiazul, este en la monumental ciudad de Cuenca.
En el Campo Municipal de La Fuensanta, una instalación que poco tenía que ver más allá del nombre y una de las gradas con aquella en la que el Hércules ganaba en su última visita, allá por diciembre de 2001, pero cuyas torres de iluminación carecían de fluido eléctrico y el terreno de juego, todo y ser de césped natural, rivalizaba con el del Municipal de Cornellà por ser el peor de la categoría, el conjunto de Lluís Planagumà no pasó del empate a un gol ante un recién ascendido que jugó con un hombre menos toda la segunda mitad de un partido en el que el los blanquiazules se adelantaron en el minuto 47 y disfrutaron de un arbitraje tan cómodo para sus intereses como protestado (no siempre con razón) por la parroquia local.