VALÈNCIA. El Levante y Felipe Miñambres vuelven a abrir el cajón de los currículums tras la fallida aventura de Mehdi Nafti. El astorgano inicia de nuevo una criba de entrenadores con muchas diferencias respecto a la que lideró el pasado mes de junio, con mucho más tiempo por delante para escoger el perfil correcto que comandara el regreso a Primera División desde el principio y que fuese partícipe de la planificación deportiva. Ahora el margen es escaso. El director deportivo quiere tener clara la identidad del nuevo preparador, a poder ser, antes del jueves. Era su intención, lo que no es sinónimo de que el próximo técnico granota vaya a sentarse en el banquillo de Anduva en jornada intersemanal. Todo parece indicar, por tiempos, que será Miñambres quien conduzca al primer equipo ante el Mirandés.
No obstante, la búsqueda del nuevo preparador no se detiene. Con mucho menos margen, Miñambres, Quico Catalán y el Consejo están obligados a elegir con celeridad un entrenador que podría ser de consenso tras el fracaso de Mehdi Nafti, apuesta personal del ejecutivo leonés, a quien el presidente dio las llaves maestras del proyecto deportivo conforme aterrizó en febrero. Dos nombres, por ahora, brillan por encima del resto: el de Javi Calleja y, en menor medida, Álvaro Cervera. El madrileño es la opción por ahora más factible, con Vicente Moreno entrenando en Arabia -el curso termina en febrero para el Al-Shabab y, al igual que lo fue Javi Calleja, podría haber sido una figura reclutable-. Sin embargo, Calleja también vive en una situación que deja al Levante en vilo: espera al Elche. El ex del Villarreal es uno de los entrenadores, como Paco López, que el cuadro alicantino ha contactado y tiene en la recámara después de que Pepe Bordalás mantenga todavía en espera a Bragarnik. De ahí la tardanza franjiverde para cerrar inquilino en su banco.