VALÈNCIA. Julián Calero tiene trabajo en el Levante. Y se le acumulará una vez aterrice en Valencia y se convierta en nuevo entrenador granota por las dos próximas temporadas, una de las condiciones del madrileño para estampar su firma en el Ciutat. Y es que son varias las incógnitas que arroja la actual plantilla de cara al próximo curso. Muchas de ellas serán asuntos urgentes de Calero, proque deberá decidir si cuenta con ciertas piezas para su proyecto. El técnico, pretendido por punteros de Segunda División, tendrá voz y voto en una planificación que seguriá dos máximas: el Levante de escuela que viene -un equipo con una aportación especial de la cantera, que este curso ya ha crecido a las órdenes del director deportivo- y la contratación de futbolistas a coste cero. Una filosofía que ya siguió al pie de la letra el propio Felipe hace un año.
Esta vez, el mercado se cocinará a fuego más lento. Al menos, a una potencia de cocción inferior a la del pasado año, cuando en la primera semana abierta de mercado el club ya había acometido cuatro incorporaciones -Oriol Rey, Óscar Clemente, Sergio Lozano y Dela-. Sin embargo, el director deportivo reconoció la pasada semana en Cope Valencia que, ahora, habrá que darle alguna vuelta más al abanico de opciones. Aunque la base será la misma: fines de contrato, cesiones y oportunidades de mercado -como las que pueden suponer Iborra y Morales, en caso de que finalmente puedan regresar a Orriols-. Sobre esas cuestiones habrá de arrojar su luz el nuevo preparador granota. ¿Caben los dos exlevantinistas en plantilla, una vez haya luz verde a su llegada? ¿Qué futbolistas con fin de contrato, sobre los que haya que decidir este mismo mes, tendrán el 'ok' de Calero?