VALÈNCIA. "Cuando acabe la temporada me reuniré con quien me tenga que reunir, pero tengo claro que estoy con fuerzas para continuar", advirtió el presidente del Levante, Quico Catalán, en 'El Matx' de Plaza Radio y PlazaDeportiva.com una vez el equipo consumó su descenso a Segunda División en el Santiago Bernabéu. El presidente no variará su particular plan que comunicó este invierno tras el cese del Área Deportiva comandada por Manolo Salvador: pondrá su cargo a disposición de la máxima accionista del club, su Fundación. Así lo comunicó en el mismo programa durante la noche más dura de los últimos años en Orriols, pero será una vez concluya el curso al que le restan dos semanas.
Aún con el devenir del Levante en la categoría ya confirmado, el presidente anunció que el ya famoso "examen de Quico" que trasladó en diciembre se retrasará, al menos, hasta el cierre del ejercicio: "Lo que sé es que tenemos 48 días para acabar la temporada y tenemos que trabajar duro aún de aquí al final porque tenemos que cumplir con unos objetivos que marcamos en el aspecto económico", matizó. Se refiere, entre otras cosas, a los alrededor de 15 millones de euros que el club percibirá como compensación descenso y a los 10,5 kilos que se han de ingresar en ventas de futbolistas antes del 30 de junio tras las pérdidas antes de impuestos de 23 millones, según las cuentas presentadas en la última Junta General de Accionistas.
Así que el timing llevará las decisiones al cierre del ejercicio. Quico cogerá papel y boli y se sentará en el pupitre, pero no será de manera inmediata. Según sus palabras desde la capital y con el descenso recién rematado, hasta junio no habrá decisión o aclaraciones públicas respecto a su futuro, más allá de las entrevistas a las que el presidente se sometió en la noche de este jueves.