ALICANTE. Para cualquier equipo que entrene y juegue habitualmente sobre césped natural, tener que afrontar un partido en un escenario cuyo terreno de juego es de caucho resulta todo un suplicio, por muy buen estado en que se encuentre... que no suele ser el caso en Segunda Federación, por no hablar de las dimensiones.
Es verdad que hasta la fecha, el césped artificial nunca ha sido una excusa para el Hércules de Rubén Torrecilla, pero sí coartada. Sin embargo, después de ser solo capaz de sumar cuatro puntos de 12 posibles en las últimas cuatro jornadas en encuentros disputados sobre terrenos de juego de césped natural... de coartada ya nada: la crisis de juego y resultados en que se encuentran inmersos los blanquiazules no ha coincidido precisamente con partidos sobre superficie sintética (y solo uno ante rivales directos, pues Manresa, Espanyol B y Formentera no compiten por el ascenso como el Lleida).