ALICANTE. Titular indiscutible desde su llegada al equipo en el mercado de invierno (ha jugado 17 partidos en la segunda vuelta de la Liga y la primera eliminatoria del 'play-off'), Jesús Alfaro (La Palma del Condado, Huelva, 1991) respondió una vez más a la confianza de Lluís Planagumà en la visita a Barakaldo, cuajando una primera mitad en la que, si bien el equipo se fue al descanso un gol abajo, el extremo palmerino fue el mejor de los blanquiazules con diferencia.
El pequeño de los hermanos Alfaro (Juanjo, el mayor y ya retirado, y Alejandro, el mediano y que hoy juega en las filas del Córdoba) ha vivido un año especial, pues arrancó el curso cedido en el Murcia por un Zaragoza que en diciembre, ante los impagos del club pimentonero y el interés de Javier Portillo, decidió que la segunda vuelta la jugara en el Hércules, incrementando así la nómina de integrantes del vestuario blanquiazul que sabe bien no solo lo que es un 'play-off', también cerrarlo con una sonrisa (logró ascender a Segunda División A con el Barça B en 2017).
"Todos juntos y en armonía, como el himno (...) la unión entre equipo y afición, que todos vayamos en la misma dirección y dando el máximo, además de ser fuertes en los malos momentos y sacar el máximo partido a los buenos", es la receta de Jesús Alfaro para salir victorioso de una fase de ascenso "larga" como a la que se enfrenta ahora mismo el Hércules. Los blanquiazules vienen de dejar en el camino al Barakaldo, en una primera ronda que para el futbolista onubense fue "igualada", si bien cree que los suyos no solo la tuvieron "en todo momento controlada", es que fueron merecedores de la clasificación: "Allí, en los primeros 20 minutos nos superaron (...) tal vez nos faltó algo de tranquilidad pero también evitamos que nos endosaran un resultado parcial que nos pusiera todo muy difícil y luego, tras el descanso, supimos aprovechar las ocasiones", se sincera con Alicante Plaza un Jesús Alfaro que recientemente ha ampliado la saga con Hugo, alicantino de nacimiento y que ya era abonado blanquiazul cuando solo tenía unas horas de vida.