TARRAGONA. "Hemos ganado una final, pero quedan muchas", decía Vicente Mir en la sala de prensa del Nou Estadi de Tarragona donde este domingo los suyos ganaban su primer partido con él en el banquillo este curso.
El técnico melianero no escondía su disconformidad con el enésimo pésimo arranque de los suyos, como tampoco dejó pasar que, al igual que había ocurrido una semana antes frente al Badalona, esta vez fue el Hércules el que se benefició del clima de crispación reinante en la grada (que curiosamente cantaba un "directiva dimisión" como habían hecho los aficionados blanquiazules en la jornada anterior).