VALÈNCIA. Días clave para el futuro del Levante. La Fundación tendrá que escuchar, primero, a Quico Catalán, que comparecerá este miércoles ante el Patronato para explicar el escenario económico real en el que se mueve el club tras el no regreso a la élite. El momento es peliagudo para la entidad y particularmente para su presidente. Y no solo en el plano deportivo, sino también a nivel interno, con reestructuraciones en todos los sentidos. 

Hay trabajadores del club que todavía esperan respuestas sobre sus puestos de trabajo, porque la reducción no solo será en el verde. En esa parcela, de momento, las decisiones son las de ratificar en el puesto a Javi Calleja, que cumplirá su último año de contrato, y al director deportivo, Felipe Miñambres, que aunque no se ha pronunciado todavía y a pesar de haber fracasado en decisiones clave esta temporada, sí se reunió con el técnico y se mantiene a flote en el cargo.

Otras decisiones también están tomadas en el sentido contrario. El entrenador del filial no continuará a pesar de que, antes de que el Levante se ahogara en el intento de consumar el ascenso inmediato, la intención de Miñambres era la de renovarle -acaba contrato este 30 de junio-. Ahora Chema Sanz cerrará su vinculación en Buñol de manera definitiva el próximo 30 de junio y se unirá al cuerpo técnico de Rubén Baraja, una decisión que, de paso, produce otro recorte financiero por los emolumentos del preparador del Atlético Levante.