ALICANTE. El Hércules no solo se ha quedado sin opciones de ascenso a mediados de marzo, es que va a pelear por segundo año consecutivo por escapar del descenso.
Con su derrota como local con el Atlético Levante (0-1) y las victorias del Alcoyano en Atzeneta (0-1) y del Villarreal B en Orihuela (2-4), el equipo de Manolo Díaz se queda sin opciones matemáticas de acabar la fase regular entre los tres primeros clasificados, la única forma de asegurarse a estas alturas que el curso que viene seguirá en el tercer escalón del fútbol patrio (la nueva Segunda B-Pro) y de estirar el chicle en lo que queda con el argumento de poder clasificarse para el 'play-off' de ascenso a Segunda A. Ahora tendrá que jugarse las habichuelas en la segunda fase con otros seis equipos (cuatro del subgrupo 3A y dos del 3B) por lograr una de las dos plazas que habrá en la misma en juego para la Segunda B-Pro, es decir, por la permanencia toda vez que, de no acabar entre los dos primeros, jugaría la próxima temporada en una Segunda B que pasa a ser la cuarta categoría.
No es la primera vez que el Hércules dice adiós antes de tiempo al objetivo de regresar al fútbol profesional en estos últimos siete años en 'el pozo' y tampoco la que peleará por la permanencia. Si en las campañas 2016/17 y 2017/18 se despidió de la lucha por el 'play-off' ya por estas fechas, en la pasada el equipo esquivó la pérdida de la categoría con la cancelación de la temporada (sin descensos) por culpa de la pandemia de Covid-19. Ahora bien, ni lo anterior es consuelo ni puede servir de coartada para restarle gravedad a lo ocurrido que, no lo olvidemos, implica ya que en el mejor de los casos el Hércules celebrará su Centenario en la primera categoría del fútbol no profesional.
Y sí, el petardazo que ha protagonizado otra vez el club del Rico Pérez tiene de nuevo muchos responsables.
Carmelo del Pozo y 'sus' técnicos