VALÈNCIA. Alessio Lisci se prepara para dirigir su primer partido al frente del primer equipo del Levante con la condición de técnico permanente, lejos ya del "carácter interino" que mantenía la incertidumbre sobre su figura y la presión en el resultado. El italiano podrá conseguir o no la difícil hazaña de hacer a los granotas salir del agujero, pero tras diez años en la cantera es todo un orgullo para una escuela de entrenadores que a día de hoy encaja piezas tras el ascenso de Alessio.
En Buñol no son pocos los que hicieron fuerza para que el romano terminase haciéndose con el mando ya antes incluso de que tuviera la posibilidad real de asumirlo, cuando el club contrató a Pereira y él cogió a la primera plantilla durante una semana. Para la escuela, Alessio Lisci, Darío Navarro y Luca Troilo son también una esperanza de futuro, ahora más aún con la escalada masiva que produce su salida de las categorías inferiores de la entidad de Orriols. Tanto es así que Adrián Navarro, segundo entrenador del Infantil B de la escuela, publicó en Twitter un sentir generalizado en Buñol.