VALÈNCIA. Respirar en A Malata. Es lo que necesita el Levante esta tarde ante la revelación de la temporada en Segunda División, un Racing de Ferrol que, pese a su buen campeonato, no vive precisamente en su mejor hora. Sin embargo, peor es la dinámica del conjunto de Javi Calleja, en la peor posición desde que el madrileño aterrizara en Orriols (nunca ha vivido por debajo de la actual 11ª plaza) y con un pobre bagaje de 6 de los últimos 15 puntos disputados. Tanto que, pese a que en el seno del club granota no se respira del todo una inminente destitución del entrenador, una derrota esta tarde en tierras gallegas podría precipitar decisiones durante la semana. O, al menos, un ultimátum de cara al siguiente compromiso liguero frente al Andorra. 

Y en una situación cerca del límite, un viaje eterno a Ferrol. Hasta tres medios de transporte distintos utilizará la primera plantilla para ir y volver de Galicia. Especialmente preocupante para el cuerpo técnico ha sido el ya consumado desplazamiento de ida, aunque el equipo ha dormido ya en la localidad después de ejercitarse este sábado en las instalaciones del mismo rival. De vencer al cansancio y al conjunto de Cristóbal Parralo, el Levante respiraría. No alcanzaría plazas de promoción porque tiene delante un tren de equipos que buscan la misma meta esta jornada, pero sí se acercaría a esas posiciones de acceso al ascenso. Perder, por el contrario, aumentaría el drama.

Para evitarlo, Calleja cuenta con la baja añadida de Álex Valle, cuya ausencia le obliga a inventar en el lateral zurdo. El técnico quiso jugar al despiste en la previa, pero todo apunta a que Álex Muñoz se desplazará al carril y Postigo entrará en el centro de la zaga. El resto del once podría ser parecido al que firmó tablas en una buena primera parte y una nefasta segunda frente al Leganés, el líder, la semana pasada. Solo la recuperación de Fabrício, el arma más peligrosa del Levante, podría redibujar el esquema de Calleja.