VALÈNCIA. El Levante ha cumplido un año desde que jugó el último partido ante su afición y en el Ciutat de València y, además, buena parte de ese tiempo ha tenido que jugar fuera de su casa por las obras de remodelación en el estadio.

El 8 de marzo de 2020 un empate a uno, con gol de Roger Martí, ante el Granada significaba la última vez que el Levante jugaba con aficionados antes de que la pandemia alejara a los seguidores de los campos.

Desde entonces, el Levante ha jugado 21 partidos entre la Liga y la Copa del Rey, con un balance de siete victorias, nueve empates y únicamente cinco derrotas.

Cuando se reanudó el campeonato en junio de 2020, el Levante decidió jugar sus partidos en La Nucía (Alicante), estadio en el que acabó la temporada pasada, mientras que el equipo de Paco López disputó sus dos primeros encuentros de esta Liga en Vila-real.

Al Levante, en realidad, no le ha ido del todo mal desde que en noviembre de 2020 regresó a un Ciutat de València ya remodelado pero sin público, pues en trece partidos jugados en su casa sólo ha perdido dos y ha logrado la victoria en cinco ocasiones.

Pero si hubo un partido en el que el equipo echó de menos a su hinchada fue el último, ante el Athletic Club y en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey el Levante el pasado jueves y en el que se le escapó la final con un gol en contra en la prórroga.

Tras el partido, el propio Paco López admitió que el resultado del partido podría haber sido otro si hubieran contado con el apoyo de los casi 25.000 aficionados que caben en el Ciutat de València.

Curiosamente, los seguidores del Levante van a perderse el que para muchos es el encuentro más especial del año, ya que este viernes reciben al Valencia CF en el derbi.