VALÈNCIA. Roberto Soldado ya es del Levante por las dos próximas temporadas. Paco López tiene el acompañante que requería en su faceta ofensiva, Roger tiene un complemento de gol y experiencia, y el delantero valenciano cumple su deseo de regresar a su ciudad. Con la incorporación del exariete del Granada, la entidad de Orriols cierra un fichaje más de un año después. El pasado verano a estas alturas Son y Malsa estaban atados y, aunque no oficializados, ya se contaban en la planificación deportiva para la temporada que acaba de concluir. Fue en julio, tras el fin del curso más marcado por la pandemia, cuando llegaron los anuncios de los fichajes.
Esta ventana de traspasos ha sido diferente para la dirección deportiva que encabeza Manolo Salvador. Lo especial de la situación del Levante a la hora de acometer incorporaciones -la necesidad de vender es lo que sigue primando aún haciendo efectiva la oportunidad de mercado que ha supuesto Soldado- ha hecho que la secretaría técnica haya encontrado en el exvalencianista un filón tanto deportivo como económico. La cláusula libertatoria de 500.000€ hace que su fichaje entre dentro de los márgenes previstos (altas a bajo o ningún coste) y ahí el club ha estado rápido contando con el ferviente deseo del jugador de volver a Valencia.