VALÈNCIA. El Ciutat de València se viste de gala. Empezando por la visita del Lugo este domingo y acabando por la del Oviedo el último fin de semana de mayo, Orriols tiene siete finales en tres meses para alentar al Levante en su camino hacia el ascenso directo. Hasta ahora, el cuadro de Calleja no es precisamente el mejor local del campeonato. Ni con el técnico madrileño en el barco granota y su flamante récord de invencibilidad por bandera, el conjunto levantinista consigue meterse entre los dos primeros de la categoría en la clasificación imaginaria de encuentros disputados exclusivamente como local.
El Levante es hoy el sexto mejor anfitrión del campeonato. Ha cosechado, de momento, 28 puntos en su feudo, por los 38 logrados en Los Cármenes por el Granada, el mejor local en Segunda. Por delante de los valencianos figuran los otros tres aspirantes a ostentar posiciones de ascenso directo a final de temporada: el Alavés ha cosechado 33, el Eibar 31 y Las Palmas los mismos que el propio Levante, a pesar de liderar la tabla liguera. Los datos en este epígrafe son los mismos: ocho victorias, cuatro empates y dos derrotas, en el caso blaugrana registradas en la etapa de Mehdi Nafti. Eso sí, en la estadística de los empates, tres de los cuatro han sido con Calleja.
El Levante necesita alimentar su racha, que este domingo podría igualar la histórica de la UD Salamanca de 20 choques consecutivos sin conocer la derrota en 1997, a base de tirunfos que le hagan escalar en la clasificación hasta el punto de consolidarse en las plazas punteras. Allá de donde no salió desde la tercera jornada de su último paso por la categoría de plata en el curso 16/17. Precisamente entonces acabó La Liga líder más que destacado, 14 puntos por encima del Girona, y con 17 victorias en el Ciutat. Fue, también de manera holgada, el mejor local de aquella campaña con 54 puntos cosechados en casa y solo una derrota.