VALÈNCIA. Mehdi Nafti ha dotado de carácter a la plantilla del Levante. No se puede decir lo contrario. El debate reside ahora en si esa tensión que muestran los pupilos granotas es lo más positivo que el franco-tunecino ha instaurado en su nuevo vestuario. El cuadro de Orriols ya ha recibido 22 tarjetas en cinco encuentros que van de competición, tres de las cuales son de color rojo. Y de esas expulsiones, una se la ha llevado el propio entrenador, que vivió, tal y como explicó en sala de prensa, su primera expulsión de esas caractéristicas al protestar insistentemente a López Toca, colegiado de la cita ante el Villarreal B, que le mostró dos amarillas de manera consecutiva. 

Más allá de si aquel lance fue más o menos injusto para Nafti, lo que es seguro es que esta temporada se está observando a un Levante con más fuerza en la protesta que la pasada temporada. En esa precisa acción ante el filial del Submarino, De Frutos había sido amonestado también por protestas. Además, Wesley vio una amarilla minutos después por el mismo motivo: "Poner objeción a una decisión mía", escribió el árbitro cántabro en el acta final de partido. En total, el Levante acumuló en el encuentro del pasado sábado 4 de las 7 cartulinas que vio por desaprobar al colegiado. 

Es exactamente el mismo patrón que se observó en la cita de Oviedo dos semanas atrás. Entonces fueron tres los futbolistas amonestados por Moreno Aragón en base a tal razón: Soldado, Iborra y Postigo vieron amarilla por "formular observaciones de orden técnico a una de las decisiones", y a esas tres hay que sumar la de Pepelu por la airada discusión con Borja Bastón que costó al dianense una expulsión por doble amonestación en la segunda mitad. Además, como nota curiosa, en ese encuentro ante los asturianos Cárdenas también vio cartulina por pérdida de tiempo en el servicio de portería, exactamente igual que el pasado fin de semana.