ALICANTE. El Hércules regresa este miércoles al trabajo para preparar la final del próximo sábado en Ponferrada.
Los blanquiazules necesitan ganar por 0-3 o por un mínimo de dos goles de ventaja siempre que anoten al al menos cuatro tantos (2-4 o 3-5 por ejemplo) para ser ellos y no la Ponferradina quien celebre a eso de las diez de la noche el ascenso a Segunda División A. El 1-3, por su parte, les permitiría forzar la prórroga. Estamos ante marcadores que solo pueden llegar si hay un cambio de guión por parte de Lluís Planagumà y este se interpreta a la perfección por sus jugadores: el Hércules en El Toralín no podrá especular con el resultado, como por ejemplo hiciera en Logroño; tampoco esperar al rival como en la visita a Barakaldo; y menos dejarle la iniciativa a la Ponferradina, como ocurrió en el Rico Pérez. Contextos más o menos incómodos (una victoria y tres empates son sus resultados en los partidos de las dos primeras rondas), pero en los que hasta el pasado domingo había demostrado desenvolverse como pez en el agua.
Un once más ofensivo