VALÈNCIA. El fútbol es caprichoso. Hace justo un año, el Levante cortaba con una victoria en Orriols ante el Mallorca la fatídica racha de 27 partidos ligueros consecutivos sin conocer la victoria. Labrado a caballo entre dos temporadas, ese es hoy el récord de La Liga. 372 días después, el Levante batió la plusmarca de encuentros seguidos sin caer derrotado del equipo de Mané, en la 05/06. Era una de las barreras que, de paso, podía romper Javi Calleja en caso de ganarle al Granada. Y lo hizo, además, metiendo a sus chicos en la cama amarrando puestos de ascenso directo, con permiso del resultado del Eibar este domingo.
Calleja tomó salida en Ibiza y ya se notó su mano. Echó a correr en un camino allanado por Felipe Miñambres. El director deportivo consiguió frenar la caída libre, apretar al reset y dejarle al de Alcalá de Heneras un vestuario de cabezas limpias. El inicio del recorrido fue árduo: se superaron obstáculos como el de Can Misses, pero la realidad es que tras un mes en el cargo pasó de tener al Levante a seis puntos de las plazas de ascenso directo, a oler el segundo cajón a solo un punto. De la décima plaza, a la cuarta, y esquivando los vaivenes de una Segunda División siempre apretada. De hecho, uno de los datos más positivos tras la victoria frente al Granada es que los puestos que no dan derecho a la lucha por la élite están ya a tiro de siete, aunque el Leganés -el próximo rival- todavía ha de jugar su cita de la jornada.
