VALÈNCIA. El Levante está obligado reaccionar. Los hombres de Julián Calero tienen la imperiosa necesidad de mantener la cabeza alta este martes en Albacete para mantenerse entre las plazas nobles de la Segunda División, un estatus que han mantenido a pesar de haber perdido cinco puntos en los descuentos de los dos últimos encuentros. El debe del cuadro granota cuando los partidos agonizan -el equipo ha encajado nueve tantos en el último cuarto de hora- es tan real como que, en caso de conquistar esta noche el Carlos Belmonte, podría meter distancia a la séptima plaza si el Huesca no suma de tres el jueves y, después, sucumbe en Orriols el fin de semana.
¿Dónde estaría el Levante de no haber echado ventajas por tierra al borde del pitido final?, se preguntan en el Ciutat. Calero aludió a los "mundos de Yupi", a una realidad paralela imposible de descifrar, para atajar una cuestión peliaguda. Los suyos dan la talla, pero desde la primera derrota del curso en Zaragoza no se han reencontrado con la regularidad. De caer ante el Albacete, el Levante podría salir de los escalones de promoción. Tras la sexta posición que marcan los blaugrana conviven hasta cuatro equipos con los mismos puntos, solo uno por detrás, que podrían enterrar a los valencianos en la tabla.
Así que Calero no andará con grandes retoques. Sí se prevé que el técnico de Parla devuelva a Brugui a la titularidad en un estadio que el ariete catalán conoce bien, de aquellos duelos directos con el conjunto, entonces, dirigido por Rubén Albés. De los choques 'canalletas' a uno de distancias clasificatorias, pero sin demasiado margen de error en los objetivos de ambas escuadras. El resto del no invita a imaginar novedades.