ALICANTE. Muchos se apresuraron a señalarle como culpable de la derrota de los suyos el pasado domingo en el estadio José Rico Pérez, pero la realidad es que el Logroñés ganaba en el coliseo blanquiazul 0-1 en el minuto 46 de partido no solo gracias a la fe Iñaki Sáenz y Olaetxea en la primera jugada del segundo tiempo, también a los reflejos de Iván Buigues que resultó providencial en sendas acciones antes del descanso en las que evitó que el Hércules se pusiera por delante en el marcador.
Puede que el meta mutxamelero no estuviera muy afortunado al no salir en el saque de esquina en el que Carlos Martínez marcó el gol del empate, pero el delantero barcelonés también le ganó con suma facilidad la espalda a Olaetxea, su marcador en el segundo palo.