ELCHE. Sé que Sory Kaba dejó el Elche con el pago de su cláusula, así que no es un traspaso al uso. Pero permítanme la licencia de utilizar la salida del guineano para introducir y explicar el término "bienvendido". Si esta palabra saliera en la RAE, su definición sería algo así: jugador que ofrece un alto rendimiento en un momento determinado que su equipo aprovecha para venderle, sin correr el riesgo de que su valor disminuya en el futuro.
Analicemos: Sory Kaba es un delantero joven con unas grandes condiciones. Comenzó su primera temporada con ficha profesional a un sobresaliente nivel, en cuanto a goles y juego. A partir de principios de noviembre, da un bajón en ambos aspectos. Incluso le cuesta la titularidad. Aficionados de equipos rivales del Elche en Segunda preguntan, "¿cómo Pacheta deja a su mejor jugador en el banquillo?".
El Sory de octubre no vale lo mismo que el Sory de enero. Y conociendo que pidió su salida, su rendimiento más próximo, sus antecedentes y la animadversión de parte de la afición, agradezco al Dijon que abonase la cláusula. En estos casos, con riesgo de 'rebeldía' del futbolista y/o de pitos en el Martínez Valero cada vez que tocara un balón, separar los caminos es la mejor opción. Es la paradoja que sufren los clubes: cuando quieren desprenderse de un jugador, muchas veces tienen que pagarle; y cuando quieren que se quede y el futbolista desea marcharse, le fuerzan a vender. Comparen los casos de Sory y Jony Ñíguez.