ALICANTE. La artista alicantina Perceval Graells ha transformado sus vivencias en el mar en gotas de vidrio soplado en las que ha introducido el agua de las playas de Alicante en las que ha nacido, crecido y experimentado. "Esta es para mí la exposición más personal y más especial", confesaba la autora este martes, 4 de junio, durante la presentación a los medios en los Pozos de Garrigós, sede del Museo de Aguas de Alicante (M2A). Un proyecto creado ex profeso para esta sala en la que el agua toma un cariz protagonista y que forma parte de la quinta edición del ciclo Arte y medioambiente.
"Cinco ciclos, que son cinco años y, por tanto, un tercio de la vida de este museo que está celebrando su 15º aniversario", explicaba Martín Sanz, director de Comunicación y Relaciones Externas de Aguas de Alicante. El proyecto de Perceval Graells ve la luz coincidiendo, además, con la conmemoración del Día Mundial del Medioambiente, que se celebra el 5 de junio. "Nosotros lo celebramos todos los días del año y así lo trasladamos a a ciudadanía, pero este día es un día siempre es especial y por eso queríamos inaugurar este ciclo coincidiendo con esta fecha", describía Martín Sanz.
La remor de la mar indaga en la estrecha relación de Perceval Graells con el agua del mar. Para la artista, el agua no es solo un elemento necesario para la supervivencia, sino que es un lugar con el que necesita conexión constante desde la infancia. "En el mar he acumulado la mayoría de mis vivencias; al mar voy a reír, a llorar, a pensar, a inspirarme o a calmarme", describía la autora, poniendo especial hincapié en la playa de La Albufereta, donde vivió su infancia y juventud. "Esa playa es para mí un lugar plagado de recuerdos", destacaba.
Esos fragmentos del pasado intervienen de forma directa en el tamaño de esas gotas de vidrio. De hecho, la más grande es la que acumula más vivencias y no puede ser otra que la que contiene en agua de La Albufereta. "Son 58 gotas con agua de 58 playas distintas", explica la autora, que ha estado presente en La Almadraba, Cala Cantalar, Cala Palmera y así casta casi las seis decenas de arenales y enclaves recónditos bañados por el agua salada de Alicante. Unos rincones que también han sido documentados en vídeo para mostrar al público el proceso creativo generando otra obra de arte en sí misma, que se muestra en la última sala de los pozos.
Perceval Graells introduce esas gotas en redes de hilo rojo que simboliza el dolor, pero también es un homenaje a las mujeres que han tejido esas redes de pesca. Un homenaje, también, a la fragilidad de la vida a través de la fragilidad del vidrio. "A las cicatrices, pero no desde un punto de vista negativo ya que son marcas que nos recuerdan un aprendizaje; somos lo que somos por lo que hemos vivido", describía la creadora. Y es que para ella es necesario interactuar con sus obras para entender, meditar y experimentar con conceptos como la esencia del agua en la vida, no solo como elemento imprescindible, sino también como una fuente de disfrute e inspiración.
El Ciclo de Arte y Medioambiente se consolida en este año de celebración para el Museo de Aguas de Alicante, con su quinta edición consecutiva como la propuesta cultural de mayor relevancia y repercusión, dentro de su programación cultural anual. Su primera edición en 2019 supuso un antes y un después en su evolución desde el origen; un salto cualitativo. Fragilidades fue el título de una innovadora propuesta cultural que tuvo lugar de marzo a mayo de 2019 y que incluyó la exhibición de obras escultóricas de los artistas José Ángel Uberuaga (UBE) y Rafael Maestro, además de un ciclo de ponencias científicas. Con el nombre de Hipogea. El hueco interior le siguió la propuesta cultural de Aurelio Ayela, un proyecto site specific art u obra concebida desde su inicio para el espacio de los Pozos de Garrigós. A éste le siguió Invierno en Tabarca, arte sonoro a cargo de Aurora Domínguez. En 2023 fue el turno de la exposición fotográfica The caves of steel, del fotógrafo de ciudades Manuel Álvarez Diestro.
