Si en casa nadie ha sido tocado con ese don que otorgan las diosas solo a unas pocas personas para preparar una paella de escándalo y no apetece salir a un restaurante, seguro que este ritual te suena.   Encargar la paella con al menos 3  o 4 días de antelación; acordarte de llamar por teléfono; buscar el número, llamar, aunque seguramente hasta la una no te cojan el teléfono; volver a llamar, comunica, intentarlo varias veces más hasta que por fin lo consigues. El día de autos, cuando la cosa se pone más interesante, en la cresta del aperitivo, tienes que abandonar al grupo para ir a recoger la paella. Coges el coche, esperas en la entrada a que quienes tienes delante se lleven la suya. Es tu turno, te la llevas, con la fianza correspondiente, pero oh, shit, no tienes cartones ni periódicos ni nada similar para proteger el maletero. Y esta es solo la parte menos engorrosa. Termináis de comer. Después de la siesta, todavía con un ligero efluvio etílico en el cuerpo y el único afán de hibernar lo que queda de tarde, toca devolver la paella. En ese momento siempre me asalta una duda. ¿La devuelvo limpia o no?  Vuelve entonces a tiznarte las manos de negro y a interrumpir el sagrado letargo de los domingos para dejar el recipiente en el lugar de donde salió hace unas horas.  
 

Puede que nos hayamos acostumbrado a sortear esta carrera de obstáculos a golpe de costumbre, pero coincidirán conmigo que te tiene que apetecer mucho esa paella, o se te van las ganas. Algo así pensaron Ávaro Portolés y Fran Ceacero cuando sus caminos se cruzaron. El primero sabía mucho de paellas a domicilio, llevaba 6 años preparándolas en Dénia en un proyecto que montó junto a su hermano y que arrancó en la terraza de su padre; el segundo, informático y con sangre emprendedora, había montado un portal web bajo el nombre de Tu arrocero desde el que cualquier cliente podía pedir arroces preparados en diferentes locales que te llevaban a casa. Una especie de Amazon paellero. “La idea surgió con otro de los socios a raíz del problema que supone tener que devolver las paellas después de comer, y también pensando en la digitalización a la hora de la reservas. Era algo que siempre se ha hecho por teléfono. Hicimos una web sencillita, un marketplace donde aparecían las casas de comida y nosotros nos encargábamos de la logística”, explica Fran. Ese portal bajo el que repartían paellas que ellos no cocinaban fue creciendo de manera orgánica y durante dos años continuó sin apenas cambios. Por su parte, Álvaro quería hacer prosperar su proyecto, pero le faltaban los conocimientos técnicos que requería llevarlo más allá. “Me crucé con ellos, que ya tenían Tu arrocero en marcha y fue un match perfecto. Yo me encuentro con ellos que tienen resuelto el mayor problema que yo tenía que era estar al teléfono, llevar la logística y la gestión de manera analógica, y ellos se encuentran conmigo que tengo la otra parte resuelta”,  recuerda Álvaro, que actualmente ejerce de CEO de Tu Arrocero. 

Ese fue el punto de inflexión de esta startup, cuando dejan de llevar paellas de otros y, con la experiencia de Álvaro, empiezan a elaborar las suyas propias desde sus cocinas; paellas que llevan a casa del cliente y después recogen. Esto es una parte, la más importante, pero también cocinan paellas para eventos de todo tipo –fiestas privadas, fallas, ferias, bodas o empresas–  y venden raciones individuales en las dos tiendas abiertas Valencia, una en Juan Llorens y otra en República Argentina, de donde salen todos sus arroces. Es miércoles, y poco antes de las doces, seis arroces reposan sobre las mesas. Valenciana, senyoret, arroz al horno, pato con setas.  La enorme cristalera muy cerca de la calle Yecla, es un buen reclamo.  En la actualidad elaboran unos 15 tipos de arroces y fideuàs, aunque en la web se ofrecen siete. Por raciones, hay más variedad. Las que más triunfan son la paella valenciana “con mucha diferencia” y el arroz del senyoret. El número máximo de paellas que han llegado a preparar en un solo día son 115, pero en uno de los eventos en los que participaron llegaron a dar de comer a unas 1.100 personas.  Probé varias el día de que abrieron la tienda de Juan Llorens y puedo asegurar que superaban el notable alto. 

Para estos dos jóvenes emprendedores –Fran no ha cumplido 30 y Álvaro tiene 32–, el secreto de un buen arroz está en la calidad de los ingredientes. Tu arrocero utiliza ingredientes frescos y de proximidad, de ahí que los precios sean ligeramente superiores al de otras empresas similares. Una paella para 6 personas, con entrega y recogida, son 67 euros, para Valencia capital. El precio varía según el tamaño de la paella. Cuanto más grande es, menor es el precio por comensal.  El pedido mínimo es para tres, aunque lo que más se piden son arroces para entre 6 y 8 personas. Las raciones cuestan 5 euros las de carne y verduras y 6 las de pescado. “Sabemos que muchas casas tienen precios más económicos, pero ahí está lo que el cliente se quiera llevar a la boca. Nosotros no vamos a bajar el precio por tener peor producto. Siempre producto fresco, de cercanía y de calidad”, argumenta Fran. El resto, dicen, para una buena paella viene con la estandarización en los procesos en cocina. “Eso y el arte del arrocero que viene de ese arte del haber hecho muchas paellas”, subraya Álvaro.  Coinciden también en que la capa de arroz debe ser fina, un dedo aproximadamente, y en ocasiones utilizan calderos más grandes para conseguir el espesor deseado.   

Los pedidos se hacen mayoritaríamente online a través de su web, aunque de momento también los reciben por teléfono. El cliente selecciona el tipo de paella, el número de comensales, la fecha y la hora para recibirla y listo. Es fácil e intuitivo hasta para los menos hábiles con la tecnología. Cuentan que incluso gente que era un poco reacia, después de probarlo, repite y lo hace a través del ordenador o el móvil.  Otro punto a favor de Tu arrocero es la antelación. No es necesario reservar con 24 o 48 horas. Cogen pedidos hasta las 12:30 del mismo día en que te sirven la paella, o según disponibilidad del día.

Su objetivo es escalar el producto y llegar a un nivel alto de estandarización, a pesar de que saben lo dificil que resulta hacerlo cuando hablamos del plato universal. “Es un plato muy difícil de estandarizar. No es lo mismo que por ejemplo una hamburguesa, que te la comes en una cadena e Madrid o en Valencia y saben igual. Es un plato muy artístico.  Esa ha sido mi obsesión durante los últimos seis años”, reconoce Portalés.  En este tiempo han conseguido definir, medir y registrar todos los procesos que intervienen en la elaboración de una paella. “Por eso es difícil que dos paellas salgan diferentes”, añade Fran. “En lo que nos queremos diferenciar es que, además de tener un producto muy bueno, tener toda la parte interna digitalizada, desde los repartos, la logística, los pedidos… Eso sabemos que otras empresas que hacen lo mismo no lo tienen y tienen que depende de softwares externos” explica el informático. Aunque siguen trabajando en ello y les queda mucho por hacer en este campo, ya es algo tangible. En la cocina una pantalla ofrece datos que el encargado o los cocineros pueden consultar cada día y que hacen más ágil el trabajo.

 

Un año y medio después de la reconversión impulsada por Fran y Álvaro, la marca que comparten junto a otros tres socios y un grupo de inversión, tienen ya dos tiendas en Valencia, quince empleados, están en Lanzadera y trabajan en un plan de expansión que probablemente empiece por Madrid pero al que no le ponen límites. Ceacero ya había tenido contacto con Lanzadera previamente y conocía el ecosistema alrededor de la aceleradora de Juan Roig, aplicaron y desde septiembre la startup está en el programa de apoyo a emprendedores que también está detrás del éxito de otras empresas de hostelería similares como las pizzerías Del Poble . “Para mí la experiencia está siendo espectacular”, reconoce Álvaro, “tenemos formaciones, nos ponen en contacto con otros emprendedores que han pasado por experiencias como las nuestras, lo que te ahorra muchos golpes, estamos es un espacio privilegiado sin coste…”. “Además de las sinergias que se crean entre el resto de startups”, añade Fran.

Cuando les pregunto por sus planes de futuro, ninguno duda en reconocer que son ambiciosos. Su idea es seguir creciendo y llevar el producto por el resto de España. “Creemos que todavía el nivel del arroz en muchos sitios de España es muy bajo y no vemos ninguna empresa grande de paellas. Queremos ser esa empresa que te venga a la mente cuando pienses en paellas. El límite no sabemos donde está. Es España pero también fuera de España. Estamos en una fase muy inicial pero soñamos grande”, cuenta el CEO.    De momento abrirán un tercer local en pleno corazón financiero de Valencia.  Conocen bien las tendencias del mercado y saben que cada vez en las casas se cocina menos. “Se dice incluso que en unos cuanto años podrían hacerse casas sin cocina, porque la gente se está acostumbrando a comprar en su casa de comidas. Y aunque hay muchas casas de comida, focalizadas en solo vender arroces no hay ninguna. En eso somos innovadores. Nos hemos centrado en hacer un solo producto bien en lugar de hacer muchos”, explica Álvaro.

Los dos tiene claro que han empezado por la plaza más difícil.  Ya sabemos que aquí, lo de la paella, es como hablar de fútbol. Todo el mundo sabe, todo el mundo opina y la que prepara tu padre en casa es siempre superior. “Siempre digo que hemos empezado la casapor el tejado en el sentido que hemos empezado por la ciudad más complicada de validar en cuanto al mercado, es muy exigente, también hay más habitos de consumo, eso juega a neustro favor, pero por otra parte hay también más competencia. Es como el que quiere empezar una cadena de pizzerías napolitanas y la abre en Nápoles. Igual no es la mejor idea", admite Álvaro. De momemto, desembarcar en Madrid es el próximo objetivo de Tu Arrocero.  Con la velocidad que están tomando, no será raro que antes de que acabe el año, los madrileños puedan comerse una paella valenciana de verdad en casa.