VALÈNCIA. Hace veinticinco años, el 19 de septiembre de 1999, se cumplía un sueño para los aficionados valencianos al motociclismo: se inauguraba el Circuit de la Comunitat Valenciana Ricardo Tormo —desde 2012, Circuit Ricardo Tormo—. Un sueño que fue posible gracias al empeño y el tesón de tres personas —Salvador Gascón, presidente del Moto Club Cullera y también de la Federación de Motociclismo de la Comunidad Valenciana, y los pilotos Ricardo Tormo, Jorge Martínez ‘Aspar’ y Adrián Campos— que, pese al paso del tiempo (la idea tardó más de veinticinco años en gestarse), las polémicas y los problemas, tenían muy claro que era un proyecto que había que poner en marcha.
Y las cifras les han dado la razón. A lo largo de su historia, el Circuit ha recibido a más de cuatro millones y medio de visitantes. En 2023, el trazado tuvo un índice de actividad del 73,9% en los 365 días del año; es decir, en 270 jornadas se ha celebrado al menos una actividad —el 47,4% relacionadas con la moto y el 52,6% con el automovilismo—. Un estudio interno cifra entre trenta mil y cuarenta mil las camas de hotel que genera el Ricardo Tormo durante todo el año, sin contar los eventos abiertos al público y, solo en la temporada pasada, tuvo un total de 324.238 espectadores en las gradas (de los que 195.889 personas acudieron al GP de Valencia de MotoGP). Todo ello hace que el Circuit goce de una buena salud financiera —facturó 11,5 millones en 2023—, aunque el canon de Dorna Sports para albergar el Gran Premio de MotoGP (ocho millones de euros), hace que cierre con déficit.
Además, un estudio realizado hace once años señalaba ya que, durante el fin de semana del GP, el impacto económico para la provincia de Valencia era de 38 millones de euros. Una cifra que, sin duda, habrá crecido significativamente, tal y como reflejará el informe de impacto económico, para todo el año natural, que está preparando el Circuit y que, a fecha de cierre de este número, no se conocía.