MURCIA. En el mundo de la alta costura, pocos nombres resuenan con la fuerza y el misterio de Cristóbal Balenciaga. El diseñador vasco, conocido por su reclusión y su enfoque meticuloso en el arte de la moda, sigue siendo una figura enigmática incluso décadas después de su muerte. Su legado, sin embargo, es indiscutible, marcando un antes y un después en la historia del diseño de moda.
Nacido en Getaria, una villa cercana a San Sebastián, Balenciaga se convirtió en el "modisto de los modistos", un título otorgado por sus contemporáneos y sucesores, quienes vieron en él a un maestro sin igual. Christian Dior y Coco Chanel, dos gigantes de la moda, reconocieron su talento supremo, pero el hombre detrás de las creaciones permaneció siempre en las sombras. Nunca salía a saludar tras sus desfiles, que veía por un agujero en la cortina que separaba el backstage de sus clientas. Era enigmático, no quería ser famoso, solo vivir de lo que sabía: coser.