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entrevista al ceo de Sanymar Higiene Industrial

Martín Minaya: «Hay subidas desmesuradas; hemos reducido los márgenes para mantener el mercado»

Sanymar Higiene Industrial, conocida también como Comercial Minaya, lleva desde 1984 trabajando en el sector sanitario y de higiene. Es una de las primeras compañías que se instaló en Elche Parque Empresarial, a principios de los 90, y ha adquirido una de las últimas parcelas de suelo público en el enclave

8/01/2023 - 

ELCHE. Fue una de las compañías ilicitanas que estuvo surtiendo de material sanitario e higiénico durante la pandemia. Una experiencia que, como en tantas otras empresas, ha servido para adaptarse a nuevas circunstancias. Sanymar Higiene Industrial, conocida también como Comercial Minaya, lleva desde 1984 trabajando en el sector, siendo una de las primeras compañías en instalarse en Elche Parque Empresarial. Tras la reciente adquisición de una de las últimas parcelas de suelo público en el enclave, mira hacia adelante con nuevos proyectos. Lo cuenta su propietario, Martín Minaya.

— ¿Cuál es el balance a nivel de empresa que hace este año y a nivel de sector, en un ejercicio convulso?

— Está siendo positivo, pese a las dificultades de las circunstancias socioeconómicas que se están viviendo.

— ¿Cómo ha sido el impacto de la inflación y cómo han intentado sortearla?

— Está habiendo subidas desmesuradas que son muy difíciles de repercutir. Ya no solo por las materias primas, sino por los recargos energéticos que sufrimos y nos están aplicando nuestros proveedores, por lo que hemos decidido trabajar más por menos. Hemos reducido márgenes para tratar de mantener el mercado y, cuando la cosa se normalice, estar en la mejor posición de salida.

— Trabajan, además, con material sensible, que no es tan fácil de repercutir, como es el material sanitario…

— Sí sí, todo lo que nosotros comercializamos son productos de higiene para colectividades y, evidentemente, son artículos de primerísima necesidad.

— ¿Se nota más que en otros sectores esa subida en las materias primas?

— En diferentes familias de las que trabajamos la incidencia energética es bestial. Todo lo relacionado con la celulosa se nota, porque todas las industrias papeleras son grandísimas consumidoras de energía. Se asemeja un poco a lo que sucede con la cerámica.

— ¿Han reducido algún producto?

— Intentamos seguir trabajando con lo mismo, pero optimizamos todo tipo de recursos y agudizamos el ingenio. Acudimos a productos que cubren las mismas necesidades, a precios más baratos.

— ¿Les ayuda la asociación nacional a bajar los precios con central de compras? ¿Cómo funciona?

— Sanymar nace en 1984, hace casi veinte años. En una serie de empresas que tenemos buena relación, nos surgió la necesidad de crear una sociedad, Grupo Cidal, con veintitrés compañías que cubren todo el territorio nacional, manteniendo la figura jurídica independiente, y cubrimos todo el país, incluyendo Portugal. Tenemos pacto de no concurrencia. Nos ayuda a surtir a clientes nacionales y nos permite homologarnos a nivel nacional.

Sanymar da cobertura a Alicante, Albacete y Murcia. El volumen de negocio que pone sobre la mesa cualquier productor mundial es importante como para manejar negociaciones favorables y, en momentos como ahora o con la covid, con productos que han escaseado, nos hemos asegurado suministros a través de esta sociedad. Es una economía de escala. Habríamos tenido algún problema de suministro de no estar en esta sociedad, que nos da la fuerza para estar en la primera posición.

— ¿Cómo está la demanda dos años después?

— Ha permitido sensibilizar muchísimo sobre la higiene personal y, en las colectividades como docencia u hostelería, han elevado sus estándares de seguridad e higiene como no se habría hecho sin la pandemia. En otros ámbitos, como la industria, donde desde mi punto de vista no se cuidaban del todo cuestiones como el baño del personal, vestuarios, comedores y demás, hoy están muchísimo más dotados. Hay más conciencia.

— ¿Cuál ha sido su experiencia durante la pandemia?

— Fue una vorágine. Cuando explotó, ya disponíamos del material, por lo que veníamos surtiendo, sobre todo, a alimentarias: guantes, mascarillas… todos esos desechables. Es verdad que no en la cuantía que el mercado y la sociedad demandó, pero conocíamos los cauces para llegar a esos productos en condiciones prioritarias. Aprendimos a gestionar el caos. Cada mañana afrontábamos la realidad sin saber a qué nos enfrentaríamos.

— ¿Especulación, precios desorbitados…?

— No; más. En estas circunstancias aflora lo mejor y lo peor de las personas, las empresas y los empresarios.

— ¿Ha vuelto a un precio razonable o asumible vuestro trabajo con la logística?

— Se está normalizando. En aquellos momentos lo prioritario era poder acceder al producto. Tanto en los portes como en los fletes, que fueron atroces.

— ¿Qué hay de iniciativas de futuro?

— Abordamos la incorporación a un nuevo mercado de maquinaria, que empieza ahora. De todo tipo: fregadoras, barredoras, aspiradoras… Mecanizan y facilitan la higiene en instalaciones. Lo comercializábamos tímidamente.

— Respecto a proyectos  concretos, adquirieron una parcela reciente, de las últimas de suelo público en el Parque Empresarial. ¿Cuál será su destino?

— Hay productos que históricamente han venido de otros territorios, cuando este tiene la capacidad suficiente para producirlos. Ha sido una asignatura pendiente porque hemos acudido a Cataluña, especialmente, u otras, y los podemos hacer. Hablamos de producir ciertas familias de productos aquí para todo el grupo de Cidal. Hoy la incidencia del porte es bestial y la queremos eliminar.

— ¿Cuáles son las principales líneas y proveedores?

— Productos químicos, apostando por sistemas avanzados; plásticos, celulosa en general, y sistemas de higiene. A nivel de utensilios, trabajamos con Spontex, Vileda; a nivel de celulosa y sistemas, con Tork; en químicos tenemos a Disarp, Linasa… Cada uno, fuerte en su sector.

— Por último, usted que lleva en el parque desde los inicios y fue su presidente. ¿Cómo ve el enclave ahora?

— En dos palabras: optimismo moderado. Lo que yo diga es ‘partidista’, pero ahora mismo la realidad socioeconómica del parque y el futuro inmediato que se avecina es un soplo de esperanza. ¿Cuántos carteles encuentras de se alquila o se vende? No hay. Es más la demanda que la oferta. En la ampliación tan deseada, y desgraciadamente atrasada, va a tener cada parcela catorce pretendientes. El parque goza de una muy buena salud a nivel de actividad. Hay gente pensando bien y trabajando mejor. Hay firmas, que no nos podemos imaginar, pendientes de poder crecer aquí. Están pasando cosas muy importantes.

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