ALICANTE. Proceso de venta en marcha. El Colegio Oficial de Aparejadores Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Alicante (COAATIEA) ha cerrado ya las bases para subastar el inmueble de su propiedad que iba a convertirse en su sede institucional. La convocatoria pública ante notario (el procedimiento elegido para garantizar la máxima transparencia) quedará abierta a partir del mes de septiembre con un precio de salida de 1,61 millones de euros, según pudo precisar Alicante Plaza.
El inmueble en cuestión es, en realidad, un conjunto formado por dos edificios con fachada en Rafael Altamira, que se sitúa a menos de 200 metros del edificio histórico del Ayuntamiento de Alicante. Su construcción data de principios del siglo XX, está catalogado como Bien Inmueble de Relevancia Local, y se sitúa literalmente junto a otro edificio de carácter histórico como el que alberga en la actualidad el Hotel Amérigo.
El edificio tiene carácter residencial, consta de planta baja y dos alturas y una superficie de más de 1.435 metros cuadrados, distribuidas en espacios de más de 400 metros por cada planta.
El colegio profesional lo adquirió hace más de 15 años con la intención de rehabilitarlo y acondicionarlo como su nueva sede oficial, en la que se podría organizar toda la labor administrativa de la entidad, además de organizar presentaciones, exposiciones o conferencias relacionadas con la actividad colegial.
El inmueble cuenta con una superficie de 1.435 metros distribuidos en planta baja y dos alturas
No obstante, en 2013 acabó desestimándose ese planteamiento tras constatar que las instalaciones actuales del colegio, en la calle Catedrático Ferré Vidiella, cubren sobradamente las necesidades de la entidad. Todo, al margen del riesgo de tener que asumir la inversión necesaria para acometer su rehabilitación.
En 2016, se barajó la posibilidad de impulsar un proyecto en el que se compatibilizase la posibilidad de darle un doble uso como sede colegial y como espacio para el desarrollo de otras actividades económicas, a la manera de la fórmula que han puesto en marcha otros colectivos profesionales con sus respectivas sedes.
En ese supuesto, se contempló la alternativa de reconvertir las plantas superiores en apartamentos turísticos. Sin embargo, esa idea también acabó desechándose, puesto que la asamblea de colegiados consideró que esa no era ni la actividad ni la función a la que se dedica el colectivo.