CASTELLÓ. Finalmente se ha materializado lo que ya se venía gestando. Levantina, el gigante de la piedra natural alicantino, desembarca en la provincia de Castellón. Lo hace, como no podía ser de otra manera, a través de Techlam, su división de producto porcelánico. Hasta ahora, el síntoma más claro de que la firma alicantina iba a desarrollar un nuevo proyecto en territorio castellonense fue su reciente patrocinio del CD Castellón, lo que dio alas a los rumores que ya antes apuntaban su llegada a la provincia.
Esto se ha materializado finalmente con la compra de la unidad productiva de Keros Cerámica en Nules, con lo que Levantina suma una nueva factoría de gres porcelánico de gran formato a la que abrió en 2007 en Novelda.
Dado que la planta de Keros, que nació en 1994, está diseñada para la fabricación de piezas cerámicas tradicionales (desde el 20x25 hasta el 90x120), Levantina llevará a cabo una inversión importante, de 50 millones de euros, con el fin de modernizarla y poder fabricar piedra sinterizada, como denomina a su material.
Esto conllevará un incremento de capacidad productiva y muestra claramente la tendencia de Levantina, otrora un coloso del mármol (gestado por los hermanos Esteve, a su vez fundadores de Neolith), que llegó a facturar 200 millones de euros, reducidos a alrededor de la mitad en la actualidad, y que ahora apuesta de forma clara por la cerámica de gran formato dado el "incremento de la demanda" que viene experimentando, apuntan desde la compañía.
Así, la adquisición de la planta nulense por parte de Techlam by Levantina "supondrá una completa transformación de la fábrica, que se convertirá en una de las más moderna y tecnológicamente más avanzada del mundo en lo referente a la fabricación de piedra sinterizada" destacan desde la firma en un comunicado. A su vez, desde Levantina también inciden en la modernización de la fábrica de Novelda, "en la que recientemente se ha invertido en una nueva impresora digital de última generación.
Por el momento no ha trascendido el importe de la operación para la compra de una de las plantas de Keros, que no del total de la compañía, de la que sus últimas cuentas conocidas, las de 2020, reflejan una facturación de 15,7 millones de euros y unos beneficios de 362.000. Y es que Keros Cerámica seguirá dedicándose a la fabricación y comercialización de cerámica tradicional.
No en vano, la firma cuenta con una factoría en Ruse (Bulgaria), desde 2007; y un centro de distribución en Tesalónica (Grecia). Sin duda, en la operación ha jugado un papel importante el duro momento que atraviesa el sector cerámico, lastrado por los altos costes del gas, pero también es destacable la apuesta de Levantina, controlada por el fondo británico Bybrook, que entró en la empresa en 2019.